Arturo Valverde

Chéjov: la gente lo dice

Reflexiones sobre un cuento de Antón Chejov

Chéjov: la gente lo dice
Arturo Valverde
27 de agosto del 2024


Querida hermana:

¿Te suena familiar el nombre de Posudin? Piotr Pávlovich Posudin es un pobre vanidoso, un escribiente y personaje principal de “La lezna en el saco”, uno de los cuentos de Antón Chéjov, que se inicia a partir de la irreprimible curiosidad por saber lo que se dice de él. 

Para averiguarlo, Posudin interroga al cochero que lo lleva a la ciudad de N*. Chéjov parece intuir la curiosidad del lector por formarse una idea concreta del personaje, y, para resolver este asunto, entrega la responsabilidad al cochero, que se encarga de describirlo con tono jocoso: 

“¡Un señor instruido…! —prosigue el cochero—. ¡Nada orgulloso…! Los nuestros fueron a verle para presentarle quejas, y a todos dio la mano (…) ¡Es mucho mejor que el anterior! ¡Claro que el anterior era bueno también…! ¡Tan apuesto! ¡Tan importante…! ¡Con una voz más fuerte que la suya no ha fritado nadie en toda la región…! (…) ¡El actual lleva en la cabeza cien veces más cantidad de sesos…! ¡Tan solo una cosa es pena…! ¡Muy bueno en todos conceptos; pero, eso sí…, ¡la pena es que es borracho!”. 

Estos serían los principales rasgos o características de Posudin, según cuenta el cochero. Sin embargo, vale recordar esto: “¡La pena es que es borracho!”, que remarca ese defecto que poseen casi todos los personajes de Chéjov, y con el que adquieren una condición más humana. 

Otro aspecto interesante es que el discurso del cochero se sostiene de una expresión bastante común en nuestros días: “la gente lo dice”, que, en otros momentos, se convierte en un “la gente habla” o “lo he oído decir”. De esta manera, Chéjov otorga al cochero poder sobre la historia, el conocimiento absoluto, justificado por ese “la gente lo dice”. Pero, además, desarrolla un aspecto bastante coloquial y popular, que es: si todos lo repiten, algo de cierto tendrá. Bastante actual. 

Durante el viaje en el coche, que constituye el espacio y el tiempo en que se desarrolla la historia, el cochero continúa describiendo a Posudin, con un tono burlón, de tal manera que la figura del personaje Posudin es ridiculizado. “¡Aquí ya… no diré yo solo el jefe de estación…, sino un gato, podría distinguir de qué persona se trata!”, acaba diciendo. Hasta un animal puede adivinar que se trata de Posudin.

En este punto, Posudin parece sufrir una alteración, luego de enterarse por boca del cochero, lo que la gente dice de él. Chéjov, nos revela los pensamientos de Posudin, para no interrumpir el discurso del cochero. 

Como toda historia debe tener un final, el cochero retoma el tema principal del cuento, el motivo del viaje de Posudin, y dice: “Tomemos, por ejemplo, lo que ha ocurrido hoy… Voy esta mañana de vacío y me encuentro con que de la estación sale muy de prisa el camarero judío. “¿A dónde —le pregunto— se dirige su señoría judía…?”. Y él me contesta: “A la ciudad de N… Llevo vino y entremeses. Se espera allí hoy a Posudin”. ¡Qué habilidad!”. 

Posudin responde: “¡Atrás! —grita con voz ronca Posudin—. ¡Vuelve, animal…!

Y el asombrado cochero da la vuelta”.

De esta manera, Posudin se encarga de marcar el final de esta historia al decidir cancelar el viaje, después de escuchar lo que se dice y se sabe de él, que, finalmente, es lo que dice la gente. 

Arturo Valverde
27 de agosto del 2024

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