Manuel Gago
Boluarte frente a la insurrección
Intento separatista es parte los “vendavales” anunciados por el chavismo

Dina Boluarte no decide enfrentar con la ley y la constitución el levantamiento, saqueo y vandalismo que ocurren en el sur. Por eso el marxismo extremista está en sus garbanzales, y hace lo anunciado años atrás. La nula previsión –con tanto desgobierno, infiltración y servicios de inteligencia (al servicio del Estado y no de los gobiernos) desmantelados– abona a las tentativas comunistas.
La patria socialista planteada en el ideario de Perú Libre y el extremismo marxista no llegará violentando la voluntad popular en procesos electorales, ni con otro Castillo al frente de una organización criminal organizada en Palacio de Gobierno. Llegará con sangre y fuego. El intento separatista, divisionista y traidor involucra a la inteligencia cubana. Acomoda los vendavales de la región anunciados por el chavismo.
Boluarte sabía lo que vendría. También los exministros de Castillo y asesores. Tendrían que ser bastante lerdos para no entender hacia dónde iba el Gobierno anterior. La asamblea constituyente siempre estuvo y estará en la agenda marxista. Se sabía que Castillo no dejaría el poder dócilmente. Andrés López Obrador y Evo Morales son parte del reparto violentista. El primero convirtió a México en guarida de asaltantes de la voluntad popular, dándole asilo a Morales y a investigados por pertenecer a organizaciones criminales (léase esposa de Castillo). El segundo, con descaro, intenta apoderarse de los yacimientos de gas, litio, cobre y uranio peruanos. A Bolivia no le ha ido bien con el gas y el litio. Fue un bluf, una escalada informativa en favor del líder de los cocaleros. Además, la salida al mar de Bolivia por Perú es parte de la estrategia de dominación de la región del Foro de Sao Paulo.
Si todo esto no lo entiende Boluarte, una vez más estamos frente a un Gobierno cómplice, acomplejado, permisivo, con parálisis cerebral, sin faldas ni pantalones ajustados. En Brasil, el socialismo en el poder le advierte a la oposición que se ha levantado contra Luiz Inácio Lula da Silva que usará balas de verdad. Acá se quiere usar guantes de seda contra los criminales. Ni tocarlos con el pétalo de una flor. La impunidad y el falso heroísmo están a la vista. Los textos escolares serán manipulados y una larga lista acompañará a Inti y Brian. Como después de las revueltas contra el proyecto de cobre Tía María (Arequipa), los escolares disfrazados de “espartambos” –con escudos, hondas y huaracas– desfilarán en Fiestas Patrias y en los aniversarios de los colegios, evocando la gesta comunista.
Más adelante, los policías desarmados serán acusados de homicidio y sus vidas serán destrozadas. ¿A eso le teme Boluarte? ¿No logra desligarse de sus camaradas y financistas (léase narcotraficantes, mineros ilegales y toda la criminalidad que controla el Militarizado Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso) que apoyó la plancha presidencial que la llevó a la vicepresidencia y presidencia del país? ¿Le pedirá consejo a su compañero Lula? Ambos están en la misma situación. El brasileño usará toda la fuerza para defender su gobierno. Descontando el apoyo que recibe y recibirá del marxismo internacional, Lula ha sido el organizador junto a Hugo Chávez y Fidel Castro. La presidente peruana parece dubitativa, teme usar la fuerza institucional, de acuerdo a ley. Se extinguió el apoyo de sus otrora compañeros de lucha. “Las muertes serán vengadas”, se escucha de ellos.
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