Javier Agreda

Abecedario del agua

El poemario de Eduardo Chirinos cumple 20 años

Abecedario del agua
Javier Agreda
03 de diciembre del 2020


El agotamiento del coloquialismo y vitalismo dominantes en la poesía peruana de los años setenta hizo que surgiera, a inicios de los ochenta,  un grupo de jóvenes que volvió a leer a los clásicos, a trabajar con mayor cuidado los versos y a hablar de su propia subjetividad. De este grupo, el que perseveró con mayor constancia y rigor fue Eduardo Chirinos (Lima, 1960-2016), quien publicó más de veinte poemarios, y desde sus primeros libros –Cuadernos de Horacio Morel (1981) y Crónicas de un ocioso (1983)– llamó la atención de la crítica, y alcanzó temprana consagración con Archivo de huellas digitales (1985), ganador del Premio Copé. Queremos recordar aquí su poemario
Abecedario del agua, publicado por la editorial española Pretextos hace exactamente 20 años.

El tema central de los poemarios de la etapa de madurez de Chirinos –a partir de El equilibrista de Bayard Street (1998)- es el conflicto entre las experiencias personales y las "culturales", entre los recuerdos propios y lo vivido a través de los libros. Abecedario... aborda este conflicto desde el primer poema, "Ratas & ratones", que enlaza cinco encuentros del autor con estos animales. La primera parte presenta un recuerdo de infancia, pero ya en la tercera, "Santiago de Chuco, 1988", aparecen elementos librescos: "Ocho/ ratas muertas de cara al sol/ en un día de lluvia/ en el pueblo donde nació Vallejo". En la última parte del poema, "Salamanca, 1996", el autor confiesa que ante el renombre de esta ciudad "no vi los ratones,/ pequeños y humildes,/ corretear entre las piedras".

Cuando prima la tendencia cultista los poemas se convierten en "puestas en escena grandilocuentes" (como afirma Alvaro Salvador en una nota introductoria) en las que las alusiones literarias se mezclan con elementos provenientes del cine o la TV. En "Una vez más la rosa" se citan versos de Alejandra Pizranik y Blanca Varela, además de hablarse de "la rosa prohibida del jardín de Ausonio, la rosa mística de la solapa de Dante, la humilde rosa que Darío regaló a sus hetairas... (p.28). Ante esa abundancia de rosas literarias, Chirinos no puede dejar de preguntarse: "¿Es posible la contemplación de la rosa y cerrar por un instante los libros y los ojos?".

Al cerrarlos aparece "Ese montón de imágenes rotas" (título de una de las secciones del libro) en su mayor parte provenientes de sus recuerdos personales. En "Jauja vuelta a visitar" rememora su infancia: "Entonces la vida era simple, como el pan horneado en la tahona o el arco iris triunfal después de la tormenta"; en "Alguien llora detrás de la puerta" la imagen es la de la abuela materna. En esta misma línea no cultista y antirretórica están aquellos poemas que describen elementos naturales como el río ("Rumor del Susquehanna") o el mar ("En una playa de Dinamarca").

Dos formas tan diferentes, y en muchos aspectos opuestas, de poetizar expresan que Chirinos, incluso en esa etapa de madurez, estaba dispuesto a dejar atrás ciertos métodos y recursos para ensayar otros nuevos. El reaprendizaje poético es evidente en un poema aparentemente tan simple como "Abecedario del agua", una serie de párrafos que reúnen palabras que empiezan con cada una de las letras del abecedario: "A de ala avión algodón. Triste A de la primera fila. Alvarez Andrea Alberto. Aves águila avestruz avutarda..." (p.55). Más explícita es la reflexión sobre lo poético en textos como "Razones para escribir poesía", "De la perdición por la poesía" y "Monólogo del poeta y la musa".

Abecedario del agua presenta, mezclados y en aparente desorden, poemas en los que el autor aún parece confiar en su antigua retórica ("Animal crackers", "El milenio está a punto de acabarse") con otros en los que esa retórica es cuestionada ("Égloga en la calle Berlín"), y también con los ya mencionados textos de aprendizaje y experimentación de nuevas formas. El conjunto resulta heterogéneo y disparejo; pero precisamente por eso es un testimonio interesante y honesto de la constante evolución literaria de Chirinos.

Javier Agreda
03 de diciembre del 2020

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