LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Sobre padres y madres en la política nacional
Una frase polémica de la presidente Boluarte
Durante un periplo en La Libertad, la presidente Dina Boluarte señaló que “César Acuña es el papá de La Libertad y yo soy la mamá de todo el Perú”. Si la frase hubiese sido pronunciada por cualquier funcionario público o el representante de un sector de la sociedad, el asunto solo quedaría para la anécdota. Sin embargo, la figura fue creada por el jefe de Estado de la República, por una mujer que ejerce la primera magistratura.
Una de las primeras cosas que revela la frase de la presidente Boluarte es la condición de huérfanos en que estamos los peruanos. No hay figuras señeras (para no emplear la palabra “patriarcales” y entrar en un debate estéril con la ignorancia progresista) que representen a la sociedad, que organicen ejemplos y caminos a seguir. Si todos los exjefes de Estado están judicializados y si el horizonte cultural que organizaron Mario Vargas Llosa, Hernando de Soto y José Matos Mar, entre otros, no es llenado por nadie, es incuestionable el vacío y la orfandad en que estamos los peruanos. De allí que sea muy fácil proclamarse madre o padre de los peruanos o de una determinada región.
Quizá otra manera de abordar el problema es preguntándose si alguien se hubiese atrevido a proclamarse padre o madre de la patria o de una región si estuviesen vivos Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, Fernando Belaunde Terry, Eduardo Orrego, Luis Bedoya Reyes, Roberto Ramírez del Villar, Héctor Cornejo Chávez y Alfonso Barrantes. Ante semejantes figuras no parece posible el atrevimiento. Si esos gigantes estuviesen vivos, igualmente, los periodistas no se atreverían a saber más que los políticos.
Entonces, la afirmación de Dina Boluarte solo es posible por la condición de huérfana en que está nuestra sociedad. Si tuviésemos padres de verdad nadie se atrevería a asumir esa condición. Pero si una sociedad, si un país, está en condición de huérfano, entonces, está inerme ante los aventureros y los desenlaces excepcionales. Una de las razones de la grandeza de Estados Unidos es la identificación de la sociedad estadounidense con sus padres fundadores: Adams, Franklin, Hamilton, Jay, Jefferson, Madison y Washington.
En otras palabras, estamos hablando de la falta de una clase política verdadera. Los políticos son una especie pública que está en extinción en la actual digitalización de la sociedad, y en las democracias no hay reemplazantes. A veces un empresario emerge como la alternativa, pero muy pronto se revela que una cosa es manejarse con una racionalidad instrumental (no importan los medios para alcanzar el fin), fundamental para los negocios, pero otra muy diferente es organizar la política en donde se requiere una cierta grandeza intelectual e ideológica. De lo contrario, todo será igual que en los mercados.
La frase de la presidente Bolaurte nos recordó que los peruanos estamos sin padres, sin idea de familia, una situación extremadamente peligrosa.
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