Globalización

Las izquierdas se derrumban en Perú, Chile y Colombia

Caída de Castillo, escándalos de Petro e inexperiencia de Boric encubren fracaso ideológico

Las izquierdas se derrumban en Perú, Chile y Colombia
  • 12 de julio del 2023

Luego de que América Latina se pintara de rojo con los triunfos electorales de Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia, todos los observadores y analistas mundiales señalaron que en América Latina comenzaban a reproducirse los enfrentamientos ideológicos que se habían presentado durante la Guerra Fría en el siglo pasado. El posterior triunfo de Lula en Brasil y la consolidación de las dictaduras en Venezuela, Nicaragua y Cuba, aparentemente confirmaban semejante tesis.

Sin embargo, las narrativas comunistas y progresistas no tenían respuestas sobre cómo gobernar países que –gracias al capitalismo y la inversión privada– habían reducido pobreza como nunca en sus historias nacionales. ¿Por qué? Porque su proyecto político pretendía abolir el capitalismo y los mercados. El crecimiento y la inversión privada, por ejemplo, redujeron la pobreza a menos de 10% en Chile y 20% en el Perú antes de la pandemia. ¿Cómo entonces eliminar la inversión que crea empleo y amplía el bienestar?

Llegados al poder, a las administraciones de izquierda ya no les servían demasiado las narrativas de los Derechos Humanos para debilitar el Estado de derecho, las fábulas ambientales para detener inversiones en recursos naturales y la ideología de género para defender libertades abstractas. ¿Por qué? La propuesta de una constituyente en Perú, la instalación de una asamblea constituyente en Chile y las reformas laborales, de salud y sociales de Petro en Colombia, simplemente frenaron el crecimiento y la pobreza volvió a aumentar. Hubo fuga de capitales y todas las nuevas inversiones se paralizaron, casi como si se tratara de una ley física.

La sensación de expansión de bienestar, muchas veces velada por los cuentos progresistas de la desigualdad y la exclusión, desaparecieron como por arte de magia. Sin aumento del empleo y sin mejores posibilidades para los meses siguientes, ¿a quién le vienen con el cuento de la igualdad como programa? En ese instante, los gobiernos de izquierda pasaron a ser responsables del devastador frenazo económico. Hoy Perú apenas podrá crecer el 1% de su PBI. Algo parecido sucede en Colombia; y en Chile, pese a las derrotas de la izquierda en dos elecciones nacionales sucesivas, todavía no se podrá superar la destrucción y el crecimiento puede ser de cero.

Ni el eje bolivariano ni el progresismo tienen relatos viables para explicar cómo se detienen los mejores momentos económicos y sociales de los países en toda su historia republicana. Algo así no puede fabularse. Y los intentos de contar un cuento de la conspiración de los monopolios, las empresas y el imperialismo para bloquear las transformaciones simplemente no prosperan.

Es sobre la base de este fracaso en la conducción del Estado, de la economía y la sociedad, que se produce el derrumbe de los gobiernos de izquierda y las estrepitosas caídas en la aprobación ciudadana. Antes del golpe fallido de Pedro Castillo, el gobierno de las izquierdas peruanas era un desastre por su incapacidad de recuperar los niveles de ingreso pre pandemia de la población en general. Igualmente, los escándalos que golpean a Petro con respecto al posible financiamiento del narcotráfico de su campaña electoral, la casi disolución del bloque parlamentario petrista y el congelamiento de las reformas del Ejecutivo, tienen como telón de fondo la imposibilidad de la economía colombiana de crecer más de 1%. Asimismo, la inexperiencia de la nueva generación de izquierda y la acumulación de ineficiencias de Boric igualmente tienen como base la sensación de los chilenos acerca de que la prosperidad y el crecimiento alcanzados están en peligro.

De alguna manera el prisma ideológico con el que suelen ver la realidad casi todos los sectores de izquierda, en esta ocasión se ha convertido en el peor enemigo de sus proyectos políticos. Pretender que se detenga el capitalismo en la región cuando, mal que bien, la inversión privada posibilitaba el crecimiento y la reducción de la pobreza, es el error más descomunal del eje bolivariano.

  • 12 de julio del 2023

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