A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
A través de un comunicado la denominada Articulación Continental de Movimientos Sociales y Populares hacia el Alba (Alba Movimientos) “denunció” días atrás que en el Perú se desarrolla “un golpe de Estado en contra del Gobierno del profesor Pedro Castillo”. ¿Se califica de golpe a la movilización democrática de la ciudadanía en defensa de la Constitución y las libertades? Increíble.
Asimismo, el documento señala que este golpe de Estado se habría acentuado “desde que lograron sacar a Héctor Béjar de la Cancillería, en lo que consideramos puede ser el puntapié inicial de una contraofensiva golpista, vende patria y ultra reaccionaria”. Luego de leer este pronunciamiento surge una pregunta inevitable, ¿por qué el interés del Alba en el futuro del Perú? ¿Por qué este dramatismo injerencista de los países bolivarianos que se alinean detrás de Cuba y Venezuela?
Es evidente que hoy el Perú es un país extremadamente interesante para la geopolítica latinoamericana porque es el segundo productor de cobre del mundo en el preciso momento en que el precio de este metal alcanza récords históricos. Considerando que el llamado eje La Habana-Caracas ha destruido a Venezuela, succionando el petróleo llanero y convirtiendo a ese país en una tragedia humanitaria, y considerando también que el gas boliviano también se agota bajo la conducción bolivariana, ¿cómo así el cobre peruano no sería interesante para los países chavistas?
Si el comunismo avanza en Chile y se consolida la influencia procubana en el Perú, el eje bolivariano tendría un impresionante control de recursos naturales que le permitirían utilizar el cobre como arma geopolítica y como fuente de financiamiento de todas las nomenclaturas chavistas de la región. A esto hay que agregar que el Perú puede convertirse en una potencia mundial productora de litio y disputar la primacía con Bolivia. Cobre y litio, los dos metales del futuro entonces están en la agenda bolivariana. Allí reside la causa principal de la obsesión chavista por controlar el Perú.
El denominado Alba Movimientos es el brazo político de la llamada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), que es una supuesta “plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe”, promovida por el chavismo venezolano para hacerle frente al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El Alba Movimientos no solo toma el nombre del referido proyecto comercial, también sirve como un brazo político e ideológico para promover en los diversos países el Alba-TCP, y está integrado por organizaciones comunistas de diversos países latinoamericanos.
Se trata entonces de una telaraña roja poderosa que, según nuestra investigación, agrupa a más de 400 organizaciones de 25 países, entre las que destacan el Frente Patria Grande (Argentina), Resumen Latinoamericano (Argentina), Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra- MST (Brasil), Marcha Patriótica (Colombia), Congreso de los Pueblos (Colombia), Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora (Venezuela).
No solo eso, el Alba Movimientos –financiado con dinero venezolano desde 2013– es la organización que tomará la posta del Foro de Sao Paulo, venida a menos debido a que desde su seno nació la estrategia de corrupción planetaria de las empresas brasileñas, con Lula como protector y animador de este modelo geopolítico comunista.
Por tanto, que el Alba Movimientos se entrometa en asuntos domésticos peruanos (a través de comunicados en los que se alerta un supuesto golpe de Estado) solo corrobora que el gobierno de Pedro Castillo es afín a los intereses de esta organización comunista que está en casi todos los países de Latinoamérica.
El Perú entonces es un país estratégico en los intereses del comunismo internacional. En ese sentido, la propuesta de que el Perú se separe del Grupo de Lima y de la Alianza del Pacífico –planteada por el Gobierno de Castillo, Vladimir Cerrón y Guillermo Bermejo– obedece a una montada estrategia para absorber al país en el bloque chavista que continúa a pesar del cambio del canciller Héctor Béjar por el actual Óscar Maúrtua continúa.
Asimismo, es importante que el nuevo canciller y Torre Tagle rechacen los comunicados entrometidos de las organizaciones comunistas y que además garanticen que el Perú se quedará en el Grupo de Lima y en la Alianza del Pacífico, y que se respetarán los acuerdos comerciales.
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