A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Se avecina otro fracaso del estatismo, esta vez en Ecuador
El régimen del presidente Rafael Correa ordenó hace unos días el cierre definitivo de la Fundación Andina para la Observación y Estudios de Medios (Fundamedios), organización dedicada a vigilar y promover la libertad de expresión en Ecuador. Correa confirma así su voluntad de silenciar la libertad de expresión y de prensa en su país.
Desde junio pasado, César Ricaurte, director de Fundamedios alertó que el gobierno, a través de la Secretaría Nacional de Comunicación (Secom), venía hostigando constantemente a su institución, acusándola de difundir mensajes, alertas y noticias en contra del régimen. Fundamedios ha reportado más de 1300 agresiones contra hombres de prensa.
La actitud del oficialismo ha sido criticada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), reunida en el Foro de Quito por la Libertad de Expresión, organización que demanda que el gobierno retroceda en su decisión de “disolver” Fundamedios, revise la Ley Orgánica de Comunicación y evalúe el rol de la Superintendencia de Comunicación (Supercom), que ha sancionado a más de 190 medios opositores desde su creación.
La ofensiva del gobierno de Correa contra la prensa se produce en medio de un deterioro general del oficialismo que se expresa en el descenso de la popularidad del Mandatario y en una crisis económica de pronóstico reservado. La oposición critica el mal manejo de la economía y el aumento desmedido del gasto público, que ya está por encima del 40% del PBI.
Vale recordar que cuando el precio del barril del petróleo era superior a US$ 100, Correa aumentó el gasto público con fines reeleccionistas de tal manera que en el 2014 el déficit fiscal ya era del orden del 5% del PBI.
La fiesta del gasto estatal duró mientras el contexto internacional era favorable. Con la caída del precio del crudo a US$ 40 las cosas se ponen color de hormiga, porque el petróleo representa para la economía nacional más del 50% de las exportaciones totales y el 30% del presupuesto fiscal.
En los últimos días Correa ha señalado que el hecho que Ecuador haya asumido el dólar como moneda de cambio interno fue una “barbaridad técnica” y lamentó que no tenga el tipo de cambio como instrumento de política económica. El desplome del precio del petróleo ha reducido las divisas a niveles alarmantes. Ante la escasez y fuga de dólares, el gobierno aplicará aranceles a los bienes que entren o salgan por sus fronteras.
En este difícil momento, Ecuador necesita de un fondo anticíclico y carece de recursos. En caso contrario, tendría que hacer un recorte drástico del gasto público, entre 8% a 10% del PBI.
La crisis del régimen de Correa es una confirmación más del fracaso del estatismo en América Latina. El crecimiento ecuatoriano, basado en el incremento del precio del petróleo y el gasto estatal, hoy se derrumba como un castillo de arena. La famosa maldición de los recursos naturales que solía agitar la izquierda contra la libertad económica, calza perfectamente con la realidad del país del norte. Todo indica que ante la escasez de dólares Ecuador podría seguir el camino de las tragedias sociales de Venezuela y Argentina.
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