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El balotage del 26 de este mes en Brasil, entre Aécio Neves y la presidenta Dilma Rousseff, será decisivo para el futuro de Brasil pero también de América Latina. Una victoria de Rousseff supondría la continuidad de la actual política exterior ideologizada, que privilegia al Mercosur de sesgo mayoritariamente chavista y que restringe el comercio con el resto de la región, mientras que un triunfo de Neves supondría una apertura comercial sin restricciones hacia toda Latinoamérica y en particular hacia el bloque de países de la Alianza del Pacífico.
En el seno del equipo de asesores de Neves prevalece la idea de que Brasil debe asumir un liderazgo político y económico en la región y que, para alcanzar ese objetivo, debe abrir sus mercados al resto de América Latina e integrarse a la Alianza del Pacífico, la cual se vería fortalecida al incorporar en su seno a la séptima economía del mundo; todo ello sin abandonar el Mercosur, en el que Neves también promovería una apertura total.
Por cierto, las opciones de los dos candidatos están parejas. Dilma ganó la primera vuelta con el 41% de los votos, y Neves quedó segundo con el 34% pero ahora cuenta con la adhesión de Marina Silva, la candidata del Partido Socialista (ecologista) que logró el 21% de los votos y que ha decidido apoyarlo para acabar con la hegemonía del Partido de los Trabajadores (PT), que quiere gobernar por cuarto período consecutivo. La principal propuesta electoral de Silva, acabar con la reelección para que haya alternancia, ha sido adoptada por Neves.
Si Neves ganara las elecciones, contaría con el apoyo decidido de Uruguay para promover la apertura del Mercosur, ya que los cuatro candidatos a la presidencia uruguaya están de acuerdo con esa propuesta. Las normas del Mercosur impiden a sus miembros negociar acuerdos comerciales por separado, pero Uruguay logró arrancar una autorización para firmar un tratado de libre comercio con México, tras una terca negativa del chavismo.
Un vocero de Neves ha declarado que “una de las prioridades para salir del aislamiento de nuestra política exterior será profundizar acuerdos con la Alianza del Pacífico. Con México vamos a retomar seriamente los contactos para un amplio acuerdo comercial".
En la otra orilla, Marco Aurelio García, vocero de Dilma, declaró que el comercio intra-Mercosur “es muy relevante, Argentina es uno de los tres principales socios comerciales de Brasil, y si la expansión en ese comercio no es mayor es por las dificultades mundiales y regionales".
Con miras al balotage, la presidenta Rousseff ha potenciado los programas asistencialistas de reparto del gobierno y está levantando el fantasma del “ajuste” económico que, según afirma, aplicará Neves si llega al poder. Es probable que su estrategia funcione, pero no se sabe si le alcanzará para ganar pues hay un amplio descontento porque la economía está paralizada hace tres años y la corrupción se ha convertido en una marca del gobierno.
Mientras tanto, Neves está desplegando una campaña de mensajes que se resumen en una frase suya: "El mío será el gobierno de lo predecible, porque eso será esencial para que el mercado y los inversores sean nuevamente parte de nuestro desarrollo nacional". Y también está capitalizando la credibilidad que tiene por el éxito que tuvo como gobernador de Minas Gerais, el segundo estado más poblado del país, cuando acabó con el déficit estatal aplicando una disciplina fiscal en la que dio el ejemplo rebajando su sueldo y el de sus funcionarios.
(10 - oct - 2014)
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