A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
Las reformas de Macri en el candelero
La pesada herencia populista dejada por doce años de gobierno kirchnerista (Ernesto Kirchner – Cristina Fernández) pasa factura al nuevo presidente Mauricio Macri. Las rápidas medidas económicas implementadas por el nuevo gobierno han originado descontento en una parte de la población. Hoy, Mauricio Macri, enfrenta la primera huelga masiva organizada por sindicatos de trabajadores del abultado estado.
Para entender las reformas impulsadas por Macri y su equipo económico vale recordar que en más de una década que duró el periodo de los esposos Kirchners, y sobre todo, durante los últimos seis años del gobierno de Cristina, Argentina se hundió en el fango económico. En el 2015 la inflación acumulada fue de 25.9% (una de las más altas del mundo) y el déficit fiscal estaba en torno a 7% del Producto Bruto Interno (PBI), es decir, US$25,000 millones. Las reservas fiscales cayeron de US$ 45,511 millones a US$ 27,383 millones y, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PBI caerá -0,7% en el 2016 y el desempleo llegará al 8,4%.
Además, el gobierno de los Kirchners dejó 60 programas sociales que suman gastos de US$ 157,209 millones, un estado burocrático con 25 mil nuevos trabajadores solo en el 2015 y 14 millones de pobres. Semejantes números son el resultado de equivocadas decisiones económicas que el nuevo gobierno debe enfrentar.
Una de las primeras medidas de Mauricio Macri para sincerar la economía argentina fue devaluar la moneda en un 30% y eliminar las restricciones cambiarias para incentivar las exportaciones y el ingreso de divisas extranjeras (dólares) Sin embargo, la devaluación ha afectado los precios y varias estimaciones señalan que la inflación será entre 30% y 35% al finalizar el año. El nuevo gobierno, además, está por cerrar un acuerdo de la deuda contraída desde 1994 con los llamados “fondos buitre” por más de US$ 5,000 millones y ha empezado una intensa campaña por mejorar las relaciones exteriores. Las últimas visitas de los presidentes de Francia e Italia tienen como objetivo la reinserción de Argentina en el comercio mundial.
Como parte del paquete de reformas Macri ha lanzado un plan de modernización del estado. Según el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, el gobierno kirchnerista contrató a miles de trabajadores militantes del peronismo y dejó una bomba de tiempo al nuevo gobierno. En ese sentido, el Macri y su equipo han despedido hasta el momento a 6,500 trabajadores y revisará los contratos de los 25 mil trabajadores estatales durante el último año del gobierno de Cristina Fernández. Por su parte, los sindicatos ligados al peronismo, han organizado la primera gran huelga contra el gobierno de Macri. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y otros grupos de izquierda han organizado manifestaciones en contra de las medidas económicas del nuevo gobierno.
Será difícil desmontar la pesada herencia del populismo kirchnerista, pero no imposible. En todo caso el gobierno de Macri debe hilar fino si no quiere caer en la parálisis y permitir que se desate una crisis ante un posible suspenso del ajuste. No será fácil, sin embargo la voluntad de la mayoría de latinoamericanos –cuando Brasil y Venezuela- se desbarrancan en la recesión es que no regrese la sombra del populismo.
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