Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Sobre el desplome de la inversión privada en minería y la desaceleración económica
La economía peruana comienza a teñirse de los colores y grises de la desaceleración y por más que el ministro de Economía, Miguel Castilla, anuncie en el Congreso que el próximo año el Perú crecerá 6% - a propósito de la fundamentación del presupuesto de la República- el pesimismo y la desconfianza continúan extendiéndose. Los economistas comienzan a ajustar sus predicciones y ya sostienen que este año no llegaremos a los 4 puntos de crecimiento. Al menos el 2014, la estrella de América Latina ya no será ninguna estrella.
Como ya se ha sostenido de aquí para allá, una de las razones de la desaceleración es la reducción del ritmo de la inversión privada. El primer semestre del 2014 apenas creció un punto no obstante que antes crecía a dos dígitos. No se necesita mayor explicación para entender los orígenes del frenazo económico. Pero una de las razones del porqué cae la inversión privada es el desplome de la inversión minera. Las cifras son contundentes y estremecen a cualquiera.
Según acaba de informar el Ministerio de Energía y Minas (MEM), la inversión minera cayó en 4.8% entre enero y julio del 2014 con relación al mismo período del año pasado. El descenso se explica porque los resultados fueron negativos en seis de los siete rubros que mide el MEM. En cuanto al equipamiento de plantas hubo menos 12% de crecimiento, en equipamiento minero menos 31.3%, en exploraciones mineras menos 15.4%, en infraestructura menos 13.2% y otros resultados negativos. Las cosas pues se ponen color de hormiga.
En este portal hemos repetido hasta la saciedad sobre cómo el ecologismo radical ha colonizado el Ministerio del Ambiente creando tal cantidad de sobrerregulaciones ambientales que, según el BCR, se han paralizado alrededor de US$ 24,000 millones en proyectos mineros, petroleros y energéticos. ¿Cómo entonces no se va a desacelerar la economía?
Si bien es cierto que, en los próximos meses, proyectos como Constancia, Antapaccay y Toromocho le agregaran algunos puntos al PBI, nadie puede asegurar que se cumplirán las predicciones optimistas, porque la desaceleración y las caídas son más graves de lo que parecen. Un ingrediente para el pesimismo: ya no existen nuevos proyectos mineros en cartera en los próximos años. La administración humalista parasitará de las inversiones consolidadas en gobiernos anteriores. Así están las cosas en el Perú.
Durante el desarrollo de la V edición de Expomina Perú 2014, se recordó que la cartera de inversiones mineras en el país asciende a US$ 61,000 millones y, en los últimos cinco años, las actividades de este sector han aportado más 22,000 millones de soles en canon y regalías. Cifras que nos interpelan por la indolencia que hemos demostrado ante la ofensiva del ecologismo radical.
La desaceleración de la economía por la caída de la inversión privada y minera parece una profecía auto cumplida de la izquierda. Este sector que, a través de las Ongs del ecologismo radical, ha tomado ideológicamente al sector Ambiente, siempre sostuvo que el modelo de crecimiento era vulnerable al precio de los minerales.
Mientras la izquierda predicaba esta profecía también se dedicaba bloquear con acciones políticas, sociales y violentas los proyectos mineros y, sobre todo, con sobrerregulaciones ambientales. Hoy el desplome de la inversión y la ausencia de nuevos proyectos explican la desaceleración y crean grandes interrogantes sobre el futuro de la economía, no obstante que los precios del oro, el cobre, el zinc y otros están por encima del promedio de la última década. La desaceleración es, pues, por falta de proyectos, no por precios. El ecologismo radical tuvo la voluntad política para hacer realidad su profecía en tanto los defensores del mercado y la inversión contemplaban indiferentes cómo estos radicalismos paralizaban la economía. Es hora de reaccionar.
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