El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Una mirada al fenómeno de los libros digitales.
Mucho se ha escrito acerca de los libros digitales (electrónicos, ciberlibros o e-books), más en contra que a favor de ellos. No obstante, para la mayoría de la gente existen muchas interrogantes sobre este tipo de libro, desde qué son hasta si resultan una amenaza para los autores y la industria editorial, como se afirma. Intentaremos responder aquí algunas de esas preguntas. ¿Qué es un libro electrónico?
Un libro electrónico no es más que una versión electrónica o digital de un libro o un texto cualquiera. Por eso, existen desde los inicios de la computación. De hecho, el ambicioso proyecto Gutenberg, que se propone digitalizar los libros más importantes de toda la historia, se inició en los años setenta. El primer dispositivo diseñado específicamente para la lectura de libros electrónicos (sin necesidad de una computadora), fue creado en 1993 y posteriormente evolucionó a los Sony Reader y Kindle que todos conocemos. Hoy las tablets son los dispositivos más usados para leer libros electrónicos.
¿Existen obras literarias que se hayan publicado originalmente como libros electrónicos?
Un hito en la historia de estos libros se produjo en el año 2000, en el que Stephen King, uno de los escritores más populares de Estados Unidos, lanzó su novela Riding bullet solamente en formato digital. Desde entonces muchos autores de todas partes del mundo han seguido el ejemplo. En el Perú Santiago Roncagliolo publicó su novela Óscar y las mujeres primero como libro digital; lo mismo hizo con su libro Los amigos que perdí. Pero no solo los escritores de best sellers han apelado a este nuevo formato, también los autores de obras menos comerciales, como son los libros de poesía. Un caso notorio es el del poeta Miguel Ángel Sanz Chung (Lima, 1979), quien con cuatro libros “tradicionales” publicados, presentó el año pasado su quinto poemario, Arte rupestre en formato digital, difundiéndolo libremente a través de Internet.
¿Son los libros digitales un problema para las empresas editoriales tradicionales?
Así como el paso de la producción artesanal de libros a la “mecánica” (con la invención de la imprenta) significó que algunas personas perdieran sus fuentes de ingreso (lo monjes copistas, por ejemplo), el salto de la producción mecánica a la digital representará una disminución en las ganancias de las empresas editoriales. Son consecuencias inevitables del progreso, esa permanente lucha de los hombres por mejores condiciones de vida y educación para la mayoría. Y eso es precisamente lo que está logrando esta revolución informática y digital, que un mayor número de personas tenga acceso a un mayor número de libros, obras musicales, películas y productos culturales en general.
¿Qué pasa con los derechos de autor en los libros digitales?
Uno de los mayores temores con respecto a los libros digitales es que, debido a la facilidad de su reproducción y difusión, resulte imposible controlar en ellos lo referido a los “derechos de autor”. Ante esta inquietud hay que recordar que ni los más exitosos escritores han considerado nunca como justas las retribuciones económicas originadas por esos derechos. Al peruano Alfredo Bryce le señalaron, en una entrevista, que con los ingresos por la venta de sus libros ya debería poseer una pequeña fortuna. “La pequeña fortuna y los ingresos están en los bolsillos de Barral Editores”, fue su lacónica respuesta.
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