El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Poemario de Jerónimo Pimentel en el centro del debate.
Cada cierto tiempo el ambiente literario limeño se alborota porque algún escritor arremete contra sus colegas que no pertenecen al mismo grupo social, político o generacional. Y si bien estas polémicas casi siempre son literariamente intrascendentes, al menos resultan divertidas y sirven para que los escritores, en medio de las discusiones, dejen de lado la diplomacia y las medias tintas, y digan de la manera directa y descarnada lo que de verdad opinan sobre las vidas y obras de los demás escritores.
La más reciente la ha iniciado hace poco el escritor Tulio Mora, uno de los líderes del movimiento poético setentero Hora Zero. Esta vez Mora reacciona ante los elogiosos comentarios recibidos por el poemario Al norte de los ríos del futuro (2013) de Jerónimo Pimentel, un libro que une la ciencia ficción futurista con la poesía y que ha sido considerado como el mejor poemario peruano del año pasado. Frente a eso, Mora publicó un artículo en el que califica a los poetas peruanos de hoy como “conformistas” porque “prefieren escribir sobre marcianos antes que sobre la corrupción, la ingobernabilidad y la violencia… “, y que “en vez de hablar de un futuro globalizado y aún no real deberían tocar los gravísimos temas del narcotráfico, la corrupción, la informalidad y el contrabando”.
Hasta ahí las ideas de Mora no parecen tan descabelladas. Pero la solución que propone al problema es verdaderamente ridícula: “En consecuencia… HZ está en la obligación de ser vigencia contra esta poesía inconsecuente que no quiere asumir su tiempo, sino que lo niega” (sic). Es decir, que los poetas de Hora Zero, ya setentones, deben ser los encargados de sacar a la poesía peruana de la supuesta crisis que Mora denuncia furibundamente y con pésima redacción (¿es posible que un poeta escriba tan mal?).
Por supuesto varios poetas le dieron pronta respuesta al texto de Mora. El primero de ellos fue Fernando Obregón, también horazeriano. De su extensa, pero aburrida y débil respuesta citaremos el único párrafo interesante: “¿Sólo los jóvenes poetas que guardan silencio ante un sistema envilecido? ¿O también los poetas no tan jóvenes que han canjeado su silencio para no interferir con su rentada actividad pública o privada?”. Una alusión a los 12,500 soles mensuales que cobró Mora como jefe del área de Prensa de una entidad estatal.
Otro escritor que respondió a Mora fue José Carlos Yrigoyen, uno de los poetas surgidos ya en el siglo XXI y, por lo tanto bastante más joven que Mora. El texto de Yrigoyen es irónico y burlón: “para mí los problemas de la poesía peruana de hoy son otros, y no pasan porque en sus poemas no se hable de la corrupción o de la inseguridad, así como tampoco que no se trate el tema de la frustración peruana por no ir a los mundiales o sobre el robo de las tapas de desagüe en la periferia de la capital”.
Como era de esperarse, Mora ha reaccionado ante estas respuestas como ya es costumbre en él: con insultos y agresiones personales: “El desatendible Yrigoyen ya dio excesivas muestras de ladrar a innumerables escritores con la misma prepotencia y banalidad que pone cuando siente que le llegó la oportunidad de tumbar a su prima en El Comercio …”. Y cuando una polémica literaria llega a esos niveles, es porque se acabaron los argumentos literarios y ya solo quedan los odios y envidias personales.
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