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El domingo pasado se entregaron los Globos de Oro 2022, con los que la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood premia anualmente a lo mejor del cine y la televisión de todo el mundo. En esta oportunidad la película triunfadora fue El poder del perro, que obtuvo los dos galardones más importantes: a Mejor Película y al Mejor Director, para la neozelandesa Jane Campion, quien retoma su obra cinematográfica después de diez años de silencio. Un merecido reconocimiento a una excelente película, una peculiar combinación de western y drama psicológico, y que actualmente podemos ver en nuestros hogares a través de Netflix.
La historia sucede en 1920, en una casi rural Montana, cuyos paisajes remiten directamente a los westerns tradicionales. Ahí los hermanos Phil y George Burbank –interpretados por Benedict Cumberbatch y Jesse Plemons– dirigen un próspero rancho familiar que parece estar en el propio umbral entre el mundo tradicional (con vaqueros a la usanza del siglo XIX) y la modernidad propia del siglo XX (hay automóviles y los hermanos tienen formación universitaria). Phil es carismático, extrovertido, fuerte y un verdadero matón; por su parte George es tímido, gordo y objeto de las burlas de Phil, lo que genera una fuerte tensión entre ellos. Los problemas llegan al límite cuando George decide casarse con Rose (Kirsten Dunst), una viuda pobre y con un hijo adolescente –Peter, interpretado por Kodi Smit-McPhee– abiertamente afeminado, y los lleva a ambos a vivir a la casa de la familia en el rancho.
Es en la convivencia cotidiana de esta nueva “familia” que se desarrolla el drama psicológico. Al principio Phil se muestra sumamente hostil con Rose y Peter, y los humilla cada vez que puede. Ante las agresiones, Rose se retrae, se vuelve cada vez más insegura y por último cae en el alcoholismo. Sin embargo, Phil deja pronto la hostilidad hacia Peter, y comienza a establecerse entre ellos una relación de maestro-discípulo, basada en ciertas afinidades entre ellos (que no revelaremos porque son parte de las sorpresas de la trama). Un proceso en el que ambos evolucionan, cuentan sus historias personales y se muestran cada vez más humanos y reales. Lo logrado de esta relación debe mucho al buen trabajo de ambos actores, que están recibiendo numerosos reconocimientos por esta película. Por ejemplo, Smit-McPhee acaba de recibir el Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto.
Basándose en la novela The power of de dog (1967), del norteamericano Thomas Savage (1915-2003), Campion ha creado un relato que abarca la épica propia del western, el drama psicológico y hasta ciertos elementos de un thriller. Y lo hace como en su reconocida película El piano (1993), brindándonos a los espectadores algunos momentos de gran intensidad y a la vez desconcertantes (hay incluso algunas alusiones a esa otra película, como cuando George lleva un piano a la casa, para que lo use Rose), y que nos hacen replantearnos la naturaleza no solo de los sucesos anteriores sino también de los propios personajes: ninguno de ellos es lo que inicialmente aparenta ser, y la manera en que evolucionan ante nuestros ojos es uno de los grandes aciertos de la película. El poder del perro es una muy buena película, y seguramente será una de las grandes triunfadoras de los premios Oscar 2022.
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