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El pasado viernes murió Carlos Alberto Montaner (1943-2023), destacado escritor, intelectual y político cubano que dejó una huella significativa en el ámbito literario y político. Nacido en La Habana el 3 de abril de 1943, Montaner vivió una vida marcada por su lucha por la libertad y la democracia en Cuba. Su importancia radica en su valiente oposición al régimen castrista y en su contribución a la literatura y el pensamiento político en América Latina.
Montaner creció en la zona conocida como La Habana Vieja y realizó sus estudios en el Instituto de Vedado de La Habana. A los 14 años, experimentó un evento que cambiaría su vida cuando estalló una bomba mientras se encontraba en un club social. Inicialmente, Montaner apoyó la Revolución Cubana y el derrocamiento de Fulgencio Batista. Sin embargo, su perspectiva cambió cuando presenció fusilamientos y sentencias de cárcel injustas. En diciembre de 1960, a los 17 años, fue detenido por las autoridades cubanas y condenado a 20 años de prisión por su participación en organizaciones de resistencia. Sin embargo, logró escapar de la cárcel y buscar asilo en la embajada de Honduras. A partir de ahí, se exilió y se estableció en Estados Unidos.
En Estados Unidos, Montaner estudió literatura en la Universidad de Miami, llegando a obtener un máster. Continuó su carrera académica como profesor en una universidad de Puerto Rico y posteriormente viajó a Madrid para realizar estudios doctorales en la Universidad Complutense. Durante la transición hacia la democracia en España, Montaner se involucró con grupos liberales y políticos españoles.
Continuando con su trayectoria política, Carlos Alberto Montaner fundó su propio partido en 1990, demostrando su compromiso con la oposición al Gobierno de Castro. En 1985, firmó una petición a favor del armamento por parte de Estados Unidos de los Contras, grupos paramilitares de extrema derecha en Nicaragua. Después del derribo del Muro de Berlín en 1989, Montaner previó una posible caída del régimen de Fidel Castro y fundó la Unión Liberal Cubana. Además, convocó a exiliados democristianos y socialdemócratas en Madrid, formando la Plataforma Democrática Cubana.
En el ámbito internacional, Montaner se destacó como defensor de la libertad y la democracia. Fue elegido vicepresidente de la Internacional Liberal, cargo que ocupó desde 1992 hasta 2012. En 2008, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) lo eligió como el candidato de preferencia para una futura campaña presidencial en la Cuba post-Castro. Estas acciones políticas le valieron tanto el apoyo como las críticas de diferentes sectores.
A lo largo de su vida, Montaner se destacó como escritor y ensayista. Su obra periodística y ensayística fue fundamental, como se evidencia en sus columnas publicadas en El Nuevo Herald y reproducidas en numerosos medios iberoamericanos. Como novelista, Montaner revitalizó su carrera literaria en los últimos años con obras como "La hija del coronel" (2012), "Otra vez adiós" (2013) y "Tiempo de canallas" (2014). Como ensayista, abordó temáticas latinoamericanas en obras muy exitosas, entre las que se encuentran "Manual del perfecto idiota latinoamericano" (1996), escrito junto a Álvaro Vargas Llosa y Plinio Apuleyo Mendoza, "Fabricantes de miseria" (1998) y "Las raíces torcidas de América Latina" (2001).
Montaner recibió numerosos reconocimientos por su trabajo en favor de la democracia y los derechos humanos. Fue galardonado con el Premio a la Libertad por la Fundación Atlas en 2007 y con el Premio Juan de Mariana en 2011. Estos premios reflejan el impacto y la importancia de su labor en la promoción de los valores democráticos y la defensa de la libertad individual.
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