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El pasado viernes 17 de marzo murió, en su casa de Madrid, el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards, quien junto con el peruano Mario Vargas Llosa eran los últimos sobrevivientes del llamado “boom latinoamericano” esa generación de excelentes escritores (Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y José Donoso, entre otros) que en los años sesenta y setenta del siglo pasado puso a la narrativa de nuestro continente en el centro de interés literario mundial. La amplia y valiosa obra de Edwards, como narrador y ensayista, le ganó reconocimientos tanto en su país como en el resto del mundo, entre los que destaca el Premio Cervantes –el galardón más importante en idioma español– en el año 1999.
Nacido en Santiago de Chile en 1931, Edwards comenzó su carrera literaria en la década de 1950 y ha sido un contribuyente clave a la literatura chilena y latinoamericana desde entonces. Su obra se caracteriza por su aguda observación social y política, y su habilidad para transmitir la complejidad de las situaciones históricas a través de personajes bien definidos. Sus novelas a menudo abordan temas como la identidad, la memoria y la historia, y reflejan su interés por los movimientos políticos y sociales de América Latina.
Edwards comenzó su carrera literaria con la publicación de su primera novela, El peso de la noche, en 1965. La novela, ambientada en la ciudad de Valparaíso, fue bien recibida por la crítica y estableció a Edwards como uno de los escritores más prometedores de su generación. Desde entonces, ha publicado una serie de muy buenas novelas: Los convidados de piedra (1978), El museo de cera (1981), La mujer imaginaria (1985), El anfitrión (1987), El origen del mundo (1996), El sueño de la historia (2000), El inútil de la familia (2004), La casa de Dostoievsky (2008), La muerte de Montaigne (2011), El descubrimiento de la pintura (2013), La última hermana (2016) y Oh, maligna (2019).
Sin embargo, es su libro Persona non grata (1973) el que generó una gran atención a nivel mundial. La obra es una crónica de la experiencia de Edwards como embajador chileno en Cuba durante el gobierno de Fidel Castro. Edwards fue nombrado embajador en 1971, poco después de la nacionalización del cobre en Chile y la llegada al poder del gobierno socialista de Salvador Allende. La experiencia de Edwards en Cuba fue compleja y se caracterizó por una serie de tensiones políticas y culturales.
Persona non grata es una obra fascinante y detallada que documenta las complejas relaciones políticas entre Chile y Cuba durante este periodo histórico. Edwards describe su vida cotidiana en la embajada, incluyendo sus encuentros con líderes políticos y culturales cubanos y chilenos, así como sus experiencias personales y sus reflexiones sobre la política y la cultura de la época. La obra de Edwards también ofrece una visión fascinante del régimen de Fidel Castro. Edwards describe la vida cotidiana de los cubanos, así como los desafíos que enfrentó el gobierno socialista en un contexto internacional cada vez más polarizado. También describe los desafíos que enfrentó como embajador chileno en un país que no siempre lo recibió con los brazos abiertos.
Más allá de su trabajo literario, Edwards también ha tenido una carrera distinguida como diplomático. Ha ocupado varios puestos diplomáticos en el extranjero, incluyendo como embajador chileno en Francia y como representante de Chile ante la Unión Europea. También ha sido reconocido por su papel en la defensa de los derechos humanos en Chile y en otros lugares. A lo largo de su carrera, Edwards ha sido uno de los mayores críticos de las dictaduras y los regímenes autoritarios.
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