Juan Sheput
Una propuesta indecente
Aprovechando el hartazgo ciudadano con el Gobierno de Pedro Castillo

Un grupo de ciudadanos, arrogándose el título de demócratas, pretende sorprender a la ciudadanía con una “propuesta”. Se aprovechan así del hartazgo ciudadano con el Gobierno y el Parlamento para plantear soluciones hechizas. Plantean un adelanto de elecciones y una “reforma política” en bien de la democracia. Nada más absurdo. No se puede llamar demócratas a quiénes en los últimos años han hecho todo lo posible para arruinar la democracia.
La ciudadanía debe enfrentar esta postura cínica e hipócrita, y contrastarla con los hechos concretos. Quienes la plantean son los mismos que han hecho que el país viva en un ambiente de intolerancia y descalificación que empobrece la acción pública. Alimentados por el odio o la conveniencia (en realidad más de lo último) han fomentado un ambiente de polarización que atenta contra cualquier posibilidad de reconciliación. Beneficiarios de prebendas y negociados estatales, no quieren perder la tajada de jamón que han cortado con el cuchillo de la traición y la insidia. Portadores de una doble moral, protegen los delitos de quienes son sus allegados en tanto reaccionan al límite de la histeria si de señalar al adversario se trata.
Debe quedar claro que si el país está padeciendo a Pedro Castillo y este ambiente de corrupción es porque ellos impulsaron esa candidatura y la fortalecieron, blindándolo en unas elecciones cuestionadas que jamás investigaron y tapando las corruptelas iniciales que luego se hicieron sistemáticas. Debe quedar claro también que si padecemos del actual elenco político y judicial es por las absurdas y mediocres “reformas” política y judicial que ellos fomentaron.
No hay que caer en su juego. Los mismos medios y periodistas que impulsaron el ambiente de odio que ha generado más de una crisis política en los últimos años, hoy los acogen para que expongan su “propuesta”. Es una señal de que hay más de una lucha por librar contra aquellos que tanto daño le han hecho al Perú. Quieren vendernos el absurdo de un adelanto de elecciones, pero con Pedro Castillo como presidente, junto a sus organismos electorales cuestionados. Quieren que Castillo y su corruptela tengan el privilegio de entregar la banda presidencial a aquel que sea elegido en elecciones que dudo mucho sean imparciales.
Pedro Castillo debe dejar el poder, junto a Dina Boluarte. Pero debe ser por la vía de la vacancia o la destitución. El Congreso de la República, previo gran acuerdo político, debe elegir a un presidente del Congreso que eventualmente, al encargarse de la presidencia de la República, tenga como objetivo fundamental convocar a elecciones generales limpias. Ese es el camino más viable. Todo lo demás es una trampa de aquellos que hace tiempo vienen engañando al país.
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