Tramitología frena el progreso de Gamarra

Una denuncia contra las barreras burocráticas

Luego de visitar Gamarra en Diciembre del 2012, Mario Vargas Llosa publicó en su columna Piedra de Toque del diario La República un interesante artículo que tituló el "Orden Espontáneo”. Mencionó en este a Friedrich Hayek quien sostiene en su libro "Camino de Servidumbre” que existen esfuerzos espontáneos y no sometidos a control de los individuos que fueron capaces de producir un orden complejo de actividades económicas.

Gamarra es un claro ejemplo de éste fenómeno, como es el caso del surgimiento de más de cinco millones de micro y pequeñas empresas en nuestro pais. Ningún arquitecto diseñó este centro comercial, ningún gerente lo administró: Crecimos solos, a la deriva, espontáneamente, y sin embargo somos el centro comercial donde el metro cuadrado es el más caro del Perú.

A lo largo de cuatro décadas enfrentamos distintos escenarios de competencia, distintos modelos económicos. En el plano internacional pasamos de una economía cerrada a la apertura total, que significó competir con las manufacturas chinas y de todo el mundo, y a nivel interno, con la apertura y proliferación de decenas de centros comerciales en todo el Perú. Solo en el 2014 se prevé la inauguración de 14 nuevos “malls”.

La capacidad de adaptarse a los cambios con creatividad explica cómo hemos sobrevivido durante los últimos 50 años. La intervención del estado fue nula, salvo el operativo municipal en febrero de 1999, cuando las calles de Gamarra fueron recuperadas del comercio ambulatorio, mejorando el ornato urbano. Asimismo, se emitió la ordenanza 035 - de restricción del tránsito vehicular - que reafirmó la existencia del mayor centro comercial del Perú. Con el tiempo volvimos a ser invadidos y nuevamente la actual gestión municipal recuperó sus calles.

Sin embargo, la carencia de servicios era evidente: ningún espacio para recrearse, no contábamos con restaurantes, ni servicios higiénicos, ni estacionamientos, entre otros servicios indispensables que ofrecen todos los centros comerciales privados.

Fueron los mismos empresarios de Gamarra los que presentaron iniciativas privadas para la construcción de un patio de comidas, un centro financiero y servicios higiénicos. Posteriormente una importante empresa líder en su rubro, ganó en diciembre pasado una iniciativa para la construcción de 600 estacionamientos, proyecto que implica la peatonalización de todo jirón Gamarra, el mejoramiento de las áreas verdes y la remoción de los tres ingresos a Gamarra desde el nuevo Parque del Migrante y la Estación Gamarra del Metropolitano de Lima: Bausate y Meza, Humboldt y Unanue.

Desgraciadamente, una vez más enfrentamos a seudo dirigentes y a la oposición del estado, frustrando los esfuerzos para llevar a cabo esta importante inversión: La Municipalidad de Lima, alegando normas burocráticas, ha parado el proyecto.

Las concesiones son mecanismos prácticos para hacer obras de infraestructura pública con capital privado. La autoridades deben comprender que su actitud no debe ser la de fiscalizadores, sino de colaboradores. No se está usando recursos públicos, sino privados. Es necesario cambiar el chip en la burocracia y darle a los privados las facilidades para el desarrollo de sus inversiones que repercutirán favorablemente en nuestra competitividad, brindando a nuestros compradores mejores condiciones y un mejor entorno mientras hacen sus compras.

¿Qué intereses se esconden para que Gamarra no progrese? ¿Quiénes financian a voceros que se arrogan representatividad sin que nadie los haya elegido? Basta de politiquería, de mentiras y bravuconerías. Somos el único centro comercial donde coexisten 8,000 talleres de confección. Esto nos hace únicos e innovadores, y, al no tener intermediarios que encarezcan nuestros productos, nos hemos convertido en una verdadera alternativa para la economía familiar.

Los empresarios hacemos sentir nuestra protesta por todas estas demoras injustificadas. Este no es un tema que sólo involucra a la empresa concesionaria y al municipio. Frustrar este proyecto nos perjudica a todos y beneficia a los malls privados. No lo permitamos, cientos de MYPES agradecen las mejoras.