Jorge Morelli
Solo la decisión política repara al gobierno dividido

Rediseñar el equilibrio de poderes para mejorar la gobernabilidad
La nuestra es una democracia de baja gobernabilidad. Este es un rasgo permanente de la mala arquitectura institucional de nuestra democracia, que ha establecido un equilibrio de poderes mal balanceado.
Es este estado de cosas lo que obliga al gobierno a tener siempre mayoría parlamentaria para hacer posible alguna gobernabilidad, aunque sea precaria. Pero la situación da paso a una crisis política crónica cuando, como ahora, tenemos un gobierno dividido. Esto es, una situación en la que el Poder Ejecutivo se halla en manos de un grupo político y la mayoría parlamentaria en manos de otro. En estas circunstancias, el gobierno dividido desemboca irremediablemente en la parálisis del gobierno.
Lo he escrito decenas de veces y lo repetiré una vez más: es inaceptable que en una democracia la gobernabilidad dependa de que el partido en el gobierno tenga al mismo tiempo la mayoría en el Legislativo. Por el contrario, la democracla es precisamente el sistema de gobierno que tiene que garantizar la gobernabilidad, especialmente cuando el gobierno no tiene mayoría parlamentaria.
Sin gobernabilidad, la democracia no puede resolver los problemas del pueblo. Lo que hace es postergarlos o debatirlos hasta su consunción, sin poder tomar una decisión política que los solucione.
Mediante acuerdos entre gobierno y oposición —como los que actualmente se reclaman desesperadamente—, basados en la buena voluntad altruista, puede alcanzarse un remedo de gobernabilidad. Inevitablemente esos acuerdos estarán limitados al corto plazo o a temas específicos sobre la base de caso por caso.
Pero esperar que de las fricciones de la dinámica política cotidiana entre gobierno y oposición nazca una solución estable al problema del gobierno dividido es pedir demasiado. No puede esperarse razonablemente que la virtud de las personas supla de manera permanente las carencias de una arquitectura institucional fallida.
Quienes creen que lo que nuestra democracia necesita es tiempo para ir mejorando se equivocan. Ninguna medida de tiempo puede corregir el problema por sí mismo. Lo que hace falta es tomar la decisión política de rediseñar el equilibrio de poderes y corregir la baja gobernabilidad, para permitir a la democracia resolver los problemas del pueblo.
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
COMENTARIOS