Pesimismo en las expectativas empresariales

Como es de público conocimiento  una de las variables más relevantes para la economía de un país son las expectativas, que tiene un impacto en otros indicadores, como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros.

Asimismo los indicadores mencionados pueden variar en un periodo de tiempo a raíz de las expectativas. Su impacto en la marcha de la economía de un país tomará relevancia y sostenibilidad en el tiempo si las expectativas mencionadas se transforman en hechos concretos. Así tenemos factores internos como lo es una errática política económica, inestabilidad política, la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos, o un evento inesperado que afecte la economía. Para efectos prácticos de lo expuesto, veamos las expectativas empresariales en el Perú a julio de este año.

Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicadas en el Resumen Informativo semanal del pasado 5 de agosto, la gran mayoría de los indicadores de expectativas se mantuvieron en terreno pesimista (índice menor a 50) en el mes de julio del 2021 con respecto a junio del 2021. El índice de la economía a  tres meses pasó de 40 a 43 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses pasó de 47 a 48 puntos, el índice del sector a tres meses pasó de 43 a 45 puntos, el índice del sector a 12 meses se mantuvo en 51 puntos, el índice de la situación de su empresa a tres meses pasó de 44 a 48 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses pasó de 52 a 53 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses pasó de 48 a 51 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses pasó de 56 a 57 puntos, el índice de contratación de personal a tres meses pasó de 47 a 48 puntos, el índice de contratación de personal a 12 meses pasó de 50 a 49 puntos, el índice de inversión de su empresa a 3 meses pasó de 42 a 43 puntos, y el índice de inversión de su empresa a 12 meses se mantuvo en 47 puntos.

Los resultados de la citada encuesta, básicamente se debieron a los efectos catastróficos de un evento inesperado que afectó no solo nuestra economía, sino la del mundo entero, la pandemia del Covid-19; pero también fueron fruto del contexto interno que continúa golpeando a nuestro país, como el ruido político debido a la incertidumbre ante una eventual errática política económica, polémicos nombramientos en el gabinete gubernamental, serias dudas en cuanto a  personas influyentes en el entorno del Gobierno, las denuncias de corrupción difundidas por los medios de prensa, el aún alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas.

A eso se suma un difícil contexto económico y geopolítico externo, en el que  los precios internacionales de los cereales han subido fuertemente (empujando al alza de los precios de productos de primera necesidad), la inflación de 5.4% en el mes de junio en Estados Unidos (la mayor desde el 2008) y la agudización de las tensiones militares entre Estados Unidos y Rusia, China, Siria, Irán, Corea del Norte, entre otras potencias militares, y su derrota militar en Afganistán. Esos son, a entender de muchos, los motivos del pesimismo de las expectativas empresariales que se han reflejado en la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas, lo cual puede influir de manera nefasta en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, durante los próximos meses de este año.

En tal sentido, es fundamental que se tomen acciones inmediatas para cambiar esta situación y mejorar las expectativas empresariales. La gestión del nuevo Gobierno tiene que tomar con firmeza y transparencia las medidas correspondientes para aclarar y combatir eficiente y eficazmente los citados problemas que golpean nuestro país, respetando el marco constitucional.