Martín Taype
Pandemia redujo salarios e incrementó la informalidad
Según la Encuesta Nacional de Hogares

Sin lugar a dudas la pandemia nos ha despedazado en términos de vida, economía y empleo, entre otros; y esto se agudizó al encontramos en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico, el cual viene afectando el clima de negocios en el mundo, y también creando inestabilidad política en muchos países. Ello se ve reflejado en muchos aspectos, siendo uno de ellos la problemática de la reducción de los salarios e incremento de la informalidad.
La pandemia de Covid-19, las restricciones de actividades (para enfrentar la pandemia) y el deterioro de la economía peruana afectaron considerablemente al mercado laboral el año pasado. Esto se apreció en la severa contracción a los 14.90 millones de puestos de trabajo, alcanzando el valor más bajo registrado durante la década pasada, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). Esta situación fue acompañada por una expansión de la tasa de desempleo que alcanzó el 7.4%, el mayor valor registrado desde 2004; y un aumento de la tasa de informalidad al 75.3%, el máximo de la década pasada, según la Enaho. Estas cifras fueron publicadas por Comex Perú en su página web (www.comexperu.org.pe).
De acuerdo con la Enaho, esta fue la realidad para aproximadamente el 58.4% de los trabajadores a nivel nacional el año pasado; es decir, un total de 8.70 millones de personas recibieron un salario mensual equivalente menor o igual a la Remuneración Mínima Vital (RMV). Si bien se registró una mayor incidencia por las condiciones desfavorables provocadas por la pandemia, es importante reconocer que durante los últimos años casi la mitad de los trabajadores se encuentra en la misma situación, pues en 2019 se registró un 49% de empleados en aquella condición. E inclusive antes del aumento de la RMV, la proporción ascendía al 48.1% en 2017.
Además, la incidencia de bajos niveles salariales se agudiza en el sector informal, donde la proporción supera el 60% y alcanzó un 73.6% en 2020; aunque en el formal no deja de ser significativo al situarse en alrededor del 8% en años previos y el 11.8% durante la pandemia. Estos resultados son muy preocupantes porque pueden ser caldo de cultivo para conflictos sociales, ya que las organizaciones tienden a perder eficiencia y eficacia en su gestión, poniendo en riesgo el cumplimiento de sus objetivos organizacionales.
Si bien de acuerdo al enfoque de gestión de recursos humanos, el salario es solo un factor motivacional para los trabajadores en una organización, pues otros factores son las expectativas de desarrollo en una organización, el clima laboral, el sistema de evaluación de rendimiento, el respeto a los derechos laborales según la legislación vigente, entre otros. Los resultados de Enaho deben servir para una toma de conciencia de que los salarios son relevantes y no pueden permanecer estancados por mucho tiempo, dado que otras variables económicas, como la inflación, si experimentan alzas, creando un desbalance en la economía de los trabajadores.
Prácticamente no existe en nuestro país alguna persona que no haya perdido un familiar, vecino, amigo o compañero de trabajo como consecuencia de la pandemia. Y muchos hemos tenido que usar nuestros ahorros personales para cubrir nuestros gastos o apoyar económicamente a una persona víctima de esta atroz pandemia. En tal sentido, el gobierno actual y las entidades públicas y privadas, respetando el marco constitucional vigente y la estabilidad macroeconómica, deben minimizar sus costos (como la masificación del trabajo remoto) y optimizar sus procesos para mejorar los salarios de los trabajadores.
¡Respetemos los derechos laborales!
¡Remuneraciones justas para los trabajadores!
COMENTARIOS