Raúl Mendoza Cánepa

Modelos bobos

¿Ha colapsado en Chile el modelo liberal?

Modelos bobos
Raúl Mendoza Cánepa
03 de noviembre del 2019


Siempre conviene ajustar cualquier mínimo desequilibrio. Una escalera averiada puede volar a dinamitazos hasta el mejor sistema porque nunca faltarán los agitadores y los que se sumen a quemar antes de protestar. En Chile fue la tarifa del metro, pero no faltará quien diga que el modelo liberal colapsó. Imaginen a la gente convulsionar en las colas del Metropolitano limeño a las seis para quemar los
malls cercanos y culpar al liberalismo. Conviene recordar, como lo hace Roberto Abusada, que en “veinticuatro de los últimos treinta años, Chile ha sido gobernada por la centroizquierda. Y que en Chile gran parte de los problemas en salud, educación, infraestructura y la falta de regulación del sector privado son problemas del Estado y no del esquema de desarrollo”. 

Las agencias siempre repiten como loros lo que los corresponsales pasan. La BBC dice: “Protestas en Chile: las grietas del modelo económico chileno”. Grietas del modelo económico, las de Allende. Se trata de tirar abajo el modelo liberal, cuyo pecado fue la distancia y los ajustes liberales necesarios para acercarse a la OCDE (los países más ricos), algo que el socialismo de Maduro en Venezuela no logrará en un siglo pese a su petróleo (y gracias a Chávez). “Grietas del modelo”, ¿se refieren al gobierno de Allende en los setenta? Inflación de 34.5% en 1971, 216.7% en 1972 y 605.9% en 1973, recesión y desempleo. “Únete al baile de los que sobran”, cantan hoy en las avenidas. Los Prisioneros, Jorge González (su cantautor) tenía nueve años en 1972 y no se acuerda, “Nadie nos va a echar jamás, / nadie nos quiso ayudar de verdad”. El déficit fiscal se disparó con Allende de 2.7% antes de su gobierno a 24%, los pobres se hicieron más pobres, “¡hey! conozco unos cuentos sobre el futuro / ¡hey! el tiempo en que los aprendí / fue el más seguro”. 

Como dice el economista argentino Javier Milei: “El argentino es el único pelotudo que cruza el muro de Berlín para ir al Este”. No es el único, según vemos, aunque lo acaba de hacer Argentina con Fernández y lo harán todos. En 1860, con la matriz liberal de Alberdi, Argentina creció hasta convertirse en el país más rico del mundo (1895-1896). Era la Suiza americana, hasta caer presa de gobiernos populistas y de Perón, que le dieron reverse a su economía para empobrecerla. Pero con todo, Perón parece ser el único referente para todo el que se dedica a la política en Argentina, pues salen de Perón para volver a él, y con él a la pobreza y al default. Total, la gente aplaude y nada gusta más a los políticos que les aplaudan ¿Apostarán alguna vez por un Milei, que gusta de ser franco antes que agradable? 

En este escenario para la pena, nunca falta quien pontifique desde el fracaso. Quizás Maduro no visite mercados en Venezuela ni sufra de hipertensión al punto de mascar cuatro dientes de ajo para controlarla a falta de medicinas básicas en sus farmacias, pero sabe que Venezuela exporta más venezolanos a las calles latinoamericanas que petróleo a sus grifos. Quedarse allí es morir.

Y mientras tanto aquí los millenialls aplauden un documental sobre Velasco, al que ya quisieran. Nunca todo fue Basa para ellos ni pidieron un aparato de Teléfono a la CTP para nada, ni vieron quebrar al agro (importábamos papas de Holanda), ni sufrieron las privaciones que los vecinos no tuvieron (por prohibir las importaciones que quizás varios generales y coroneles gozaron). Velasco montó un Estado gigante sobre una economía que le reventó en la cara a su sucesor en 1977, y a los que siguieron luego. ¿Dice eso el documental?

¿Ruptura del orden oligárquico? Si los vastos arenales con esteras dieron paso a una clase emergente productora y consumidora que convirtió el desierto en urbanización y emporio no se lo debemos a Velasco, sino al mercado y a que los informales la hicieron bien contra ese Estado que Velasco les heredó. Cansa explicarlo, ¿no hay cursos de economía en los colegios? No esa “economía política” para el tacho que licué bajo mis sesos, sino esa que nos lleva a la riqueza. Ya es hora, ¿no?

Raúl Mendoza Cánepa
03 de noviembre del 2019

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