Jorge Varela
Las Fuerzas Armadas chilenas
Desde la óptica de un marxista–artesiano

El rol de las Fuerzas Armadas en la sociedad democrática contemporánea es un tema trascendente que enciende debates intensos –académicos, jurídicos, sociológicos, políticos–, especialmente si además se trata de países apetecidos por su importancia geopolítica y económica o de naciones donde la inestabilidad social y convulsión política están a la vuelta de la esquina. Dada su complejidad y espacio para analizarlo en detalle, la dimensión de su enfoque se circunscribirá –por ahora– a una visión muy particular y específica expuesta por un candidato marxista chileno que aspira a la presidencia.
Comencemos pues, por contextualizar determinados antecedentes y bordes históricos para entender el alcance de sus ideas.
En el II Congreso de la Tercera Internacional Comunista que tuvo lugar el año 1920, se establecieron 21 condiciones como requisito para aceptar a los partidos que aspirasen a integrarla. En relación con la temática en análisis se determinó que: “una propaganda y una agitación persistentes y sistemáticas han de llevarse a cabo en el ejército, han de formarse grupos comunistas en toda organización militar (…); la negativa a hacerla o a participar en esa tarea ha de ser considerada traición a la causa revolucionaria e incompatible con la afiliación a la Tercera Internacional” (Mauricio Rojas, El libro negro del comunismo chileno).
Política militar del PCCH
Durante la década de los ochenta el Partido Comunista de Chile (PCCH) de Luis Corvalán formuló, –en tiempos de Pinochet– su denominada “Política de rebelión popular de masas”, la que contemplaba dos etapas. Una primera de movilización, desestabilización y hostigamiento del régimen, etapa en la que debía construirse la denominada Fuerza Militar Propia, ‘constituir bases al interior de las Fuerzas Armadas’ y desarrollar el ´trabajo militar de masas´. La segunda etapa consistía en el desafío abierto al régimen militar combinando todos los procedimientos de lucha, movilización de masas y acciones especializadas en una perspectiva de derrocamiento insurreccional.
No se argumente pues, que los comunistas chilenos son unas inocentes y tiernas palomas, tan pacíficas como Ghandi o Luther King. Lo que pasa es que han sido incompetentes y han fracasado en sus intentos para subordinar a las FF.AA. e imponer su proyecto de dominación totalitaria. Al respecto, con ocasión de la sublevación de la marinería en agosto de 1932, pudo constatarse ex–post la ineptitud del PCCH debido a su insignificancia política, a su falta de táctica y de sentido real de la situación.
Rol político-ideológico de las FF.AA.
En el contexto mencionado no deja de ser significativo que un candidato presidencial marxista leninista stalinista que dice ser comunista –aunque no milita en ese partido–, haya planteado sin dejar espacio para dudas, que las Fuerzas Armadas deben tener ideología: la de ‘defender al pueblo’. “No creo en la neutralidad, es una falsedad, es un embuste”, ha declarado Eduardo Artés. (entrevista en el diario La Tercera, 28 de octubre de 2021)
A pesar de que Artés representa a un sector minoritario del espectro político, sus opiniones en este tema no son livianas ni triviales. Sus respuestas tienen una característica que no se encuentra en abundancia en el ámbito público, están cubiertas con la túnica de la consecuencia ideológica. Quizás por eso desconciertan y hasta parecen escindidas de lo real. “Nosotros claramente no vamos a pedir unas Fuerzas Armadas neutrales, nosotros colocaremos unas FF.AA. comprometidas con nuestro proyecto”, que estén por la justicia social, que estén por defender la propiedad del cobre, del litio en manos de los chilenos, –del Estado–, que sean antiimperialistas, eso es legítimo. “Tienen que defender al nuevo Estado. Aquí es sin llorar”. Lo que sucede es que (ahora) dependen de la clase social y el sector que está arriba. (entrevista citada)
Las FF.AA. siempre han tenido opinión –agrega– y siempre la van a tener. “Lo que pasa es que nosotros queremos que la tengan a favor de los trabajadores y el pueblo”. “Incluso hoy, los generales y almirantes –porque son gente que piensa y tiene opinión, desgraciadamente en defensa de otros intereses– deberían estar participando en un tipo de asamblea constituyente que no tenemos. Deberían tener representantes, porque son parte de la sociedad”.
Una opinión coincidente ha expresado el historiador Gabriel Salazar: “los militares están deliberando. Siempre lo han hecho. ¡Si son seres humanos! Que les prohíban deliberar es absurdo. Y ahora con mayor razón”. “Aquí lo interesante es qué va a hacer el Ejército”. (entrevista Emol, 3 de septiembre de 2021)
Los cambios y el factor militar: esto es sin llorar
Al recordar los tiempos de Allende y el programa de la Unidad Popular, Artés señala que ‘la reacción’ (de derecha) iba a actuar porque esa es una ley histórica, factor que no fue considerado en esa época. “Todo proceso significa que cuando tú vas avanzando, los de arriba van a decir hasta aquí llegaste y no puedes pasar. Eso pasó y volverá a pasar en Chile cada vez que el pueblo exija sus derechos”.
Artés piensa que es posible hacer algunos cambios desde el interior, –de hecho sostiene estar en eso– y que “es posible ampliar un poco más la democracia, pero pasar de una sociedad a otra es imposible. Eso quedó demostrado en 1973 y en el levantamiento de octubre de 2019”. A su juicio, hay que ser justos y correctos y esto significa que no se puede engañar a la gente. “No le podemos decir a la gente ‘vamos a pasar a una nueva sociedad’ sin decirles que quienes detentan el poder tomarán todas las medidas, inclusive represivas y militares, para defender su statu quo. Ellos lo van a defender”.
“Hoy estamos en un proceso constitucional... y según lo que se vaya elaborando ahí y a medida que pase el tiempo uno se pregunta ¿y a qué van a estar (allí) los sectores más de derecha con sus vínculos ideológicos y políticos, –podrían ser orgánicos también–, con las Fuerzas Armadas?” “Ojo, las constituciones del 33, 25 y 80 fueron avaladas con la bayoneta en el pecho… Entonces, de cualquier manera las Fuerzas Armadas darán su opinión en su momento y la darán como la dan las FF.AA., al menos (mediante) un ruido de sables”. El factor militar es una cuestión que influye –quiérase o no–en una sociedad como la descrita. Y ello es: ¡sin llorar!, como ha dicho Artés.
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