Manuel Gago

Las batallas por la libertad continental serán en Perú

Izquierdistas se unen con vanguardias extranjeras

Las batallas por la libertad continental serán en Perú
Manuel Gago
15 de febrero del 2023


En Pichari, el narcosenderismo homicida se ensañó hasta con la mascota de los policías. ¿Alguna comisión de derechos humanos exige una exhaustiva investigación, alguna asociación protectora de animales protesta? Pregunto, ¿la progresía se indigna o es todo lo contrario?

Maoístas y bolivarianos orquestan el vandalismo; es decir, la falsa insurgencia popular. Después de la captura y rendición de Abimael Guzmán, el pensamiento Gonzalo tuvo 30 años para reorganizarse, con la vergonzosa complicidad de gobiernos de turno, desde Valentín Paniagua. Amplió sus bases a sus anchas. La reingeniería sirvió para cambiar su estrategia: de lo militar a la política, de la dinamita a las encandiladoras narrativas sociales. No obstante, la cabra tira al monte. La emboscada contra la patrulla policial en Pichari –grabada y alevosamente publicada– abre frentes de batalla para dividir el accionar policial. Lo hizo antes, poco antes de las últimas elecciones, en mayo del 2021; en el Vizcatán –también en el Vraem, en donde el Militarizado Partido Comunistas del Perú Sendero Luminoso controla toda clase de criminalidades– asesinó a 16 personas. En aquella ocasión, advertía al país que aún si Fuerza Popular ganara las elecciones, los poblados de la selva seguirían desprotegidos, a merced del extremismo homicida. 

¿Cómo detener esta vorágine de violencia alentada a la luz del día, y sin apartarnos de las normas y la constitución? El temor y complicidad se apodera del Ejecutivo, la cobardía ha ganado espacios importantes. El marxismo logró arrinconar el respeto y cumplimiento de las leyes. ¿Cómo es posible que policías desarmados tengan que enfrentarse a turbas dispuesta a matar sin ascos? ¿Cómo es posible que los ciudadanos tengan que pagar “propinas” a los vándalos para circular libremente? Si Boluarte y Otárola abandonan la responsabilidad de ofrecerle seguridad al país, llegará el momento en que los pobladores, hartos de tanto desgobierno, junto a la Policía Nacional, sean la primera línea de la defensa nacional. En este escenario de golpe contra golpe, los comunistas empujan al país hacia una guerra civil o un golpe de Estado, los escenarios perfectos para justificar su actuación sediciosa y separatista. Pero el vandalismo se desinfla, retrocede, ¿acaso dos pasos atrás para el gran salto, para más olas vandálicas? 

Boluarte y su primer ministro Otárola no asumen responsabilidades. ¿Conducen al país hacia las contradicciones extremas? Sin embargo, vale precisar que, como en los ochenta, el extremismo no halla tierra fértil para sus ideales. Nunca hubo obreros y campesinos en las vanguardias comunistas. Hoy su principal apoyo proviene de clasemedieros ideologizados, de aquellos que alientan la violencia cómodamente instalados. Hacen coro de “narrativas”, sustituyendo la verdad. Una de ellas: la dichosa bandera del incanato. Rodolfo Cerrón-Palomino (Huancayo, 1940), lingüista, experto en quechua, aimara y otras lenguas nativas, los desmiente: “como muchos mitos –entre ellas la bandera del Tahuantinsuyo– será difícil de erradicar por estar muy enraizado en la tradición popular”. 

Los extremistas cuidan su discurso, escenarios y estandartes. Se apartan de la hoz y el martillo, sinónimo de hambre y muerte. Crean imágenes para conmover. Impactan la “banderas del incanato” y los trajes típicos enfrentándose a las “represión”. Una mujer en polleras al frente de una turba causa mayor efecto que una vestida a la moda. La honda, machete y látigo falsean la realidad: la insurgencia no es popular, no se fecunda en la entraña nacional. 

Este clima de violencia continuará. Empero, como en Junín y Ayacucho, las batallas por la libertad continental se darán en Perú. Las “comisiones” de derechos humanos vinculadas al eje bolivariano se concentran en el país; se unen a extranjeros que hacen del país un campo de guerra. Quieren entregarle el continente a la inteligencia cubana. El apoyo a estas fuerzas foráneas es traición a la patria. ¿Exagero? Los comunistas saben que no.

Manuel Gago
15 de febrero del 2023

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