La dupla SZ (Salgado – Zavala), un ataque de lujo

Sobre el manejo político de los alfiles elegidos por Kuczynski y Fujimori

Corresponde, según la Constitución Política del Perú, que dentro de los treinta días de haber asumido funciones, el presidente del Consejo de Ministros, en compañía de su Gabinete, acuda al Congreso de la República para exponer y debatir las principales políticas del Gobierno y las medidas que requieren para su gestión. Se trata de lo que coloquialmente llamamos el “voto de confianza”, pues es lo que al efecto plantea el jefe del Gabinete.

Con excepción del impase que surgió en el otorgamiento del voto de confianza del gabinete presidido por Ana Jara, en agosto de 2014, durante el gobierno del presidente Ollanta Humala (finalmente logró la confianza en tercera votación, con el voto dirimente de la presidenta del Congreso), no se recuerda, en la historia reciente, episodios de negación del voto de confianza. Algo distinto sucedió en los casos de censura a los gabinetes presididos por la misma Ana Jara (marzo de 2015) y por Óscar Trelles (diciembre de 1963).

De acuerdo al escenario político actual, es previsible que el Gabinete que encabeza Fernando Zavala reciba el voto de confianza con una importante votación mayoritaria, no encuentro motivos que sustenten un voto distinto. El hecho de haber diferido la solicitud de facultades legislativas aporta a generar un escenario de menor tensión para la presentación del Gabinete.

En términos generales, la población parece haber recibido de buen agrado el nombramiento de Fernando Zavala, quien ha dejado en la memoria colectiva el recuerdo de una correcta gestión cuando estuvo a cargo del MEF, lo que suma a su talante democrático y buenas maneras. Ha tenido, además, la inteligencia y buenos reflejos para superar con agilidad situaciones que pudieron agravar la tensión entre Gobierno y mayoría parlamentaria. En resumen, se le ve decidido a sentar las bases para una relación de colaboración y respeto de fueros con el Poder Legislativo, en aras de la gobernabilidad.

La ocasión, también permite a la mayoría parlamentaria nuevamente evidenciar, sin comprometer su capital político, las buenas maneras democráticas de las que ha hecho gala durante los periodos legislativos previos. Esas buenas maneras que hoy se encarnan en el manejo sobrio, cordial y firme de Luz Salgado, de desempeño impecable en la conducción del Legislativo; y en particular, en el manejo del tono de las relaciones con el Ejecutivo.

De igual modo, esta ocasión marca un hito que debería permitir cerrar un periodo en el cual algunos actores políticos, los medios en general y opinólogos varios han mantenido a Fuerza Popular bajo sospecha permanente de adolecer de credenciales democráticas y estar apostando al desgobierno. En el éxito de la relación que mantenga la dupla Salgado – Zavala está la clave para la gobernabilidad del país y para cerrarle el paso a las opciones radicales. Es un espacio adecuado para la concertación y, a la vez, un espacio que convoca a dos personalidades con trayectoria dialogante y con capital político propio, además de ser claramente representativos de sus respectivas fuerzas políticas.

Probablemente la prueba de fuego de esta relación, y lo que determine la dinámica de estos primeros años de gobierno, sea el ya referido debate respecto de la delegación de facultades que eventualmente solicitará el Ejecutivo al Congreso. También el debate para la aprobación de presupuesto de la República correspondiente al ejercicio 2017, siendo que la propuesta del Ejecutivo muy probablemente se base en consideraciones de carácter económico y fiscal, respecto de los cuales Fuerza Popular ya ha adelantado cuestionamientos serios. La capacidad de hacer dupla y el manejo político de los alfiles elegidos por Kuczynski y Fujimori será determinante. Considero que ambos alfiles han sido bien elegidos.

Carlos Hamann