Martín Taype
La corrupción devasta al Perú
El año pasado la corrupción le costó al país S/ 24,000 millones
Los inversionistas en nuestro país y en el mundo tienen presente las oportunidades de negocio que se le presentan en una economía con fundamentos macroeconómicos estables, para sus decisiones empresariales, pero también toman en cuenta otros factores como la estabilidad política de un país, los conflictos sociales, la corrupción, la inseguridad ciudadana, entre otros.
A todo ello también debemos añadir actualmente, los riesgos del inestable contexto económico y geopolítico externo, de crisis económica en diversos países de influencia relevante en la economía mundial, de riesgo de conflicto militar global por la peligrosa escalada del conflicto palestino israelí y entre EE. UU y la OTAN frente a Rusia, China, Irán, Corea del Norte y sus aliados por el conflicto en Ucrania y las tensiones por Taiwán y la península coreana.
La corrupción es un gran obstáculo que impide que una sociedad prospere y se desarrolle, en base a una correcta administración de sus recursos siendo deber del Estado el combatirla y sancionarla, contando con la participación activa de la prensa y la ciudadanía denunciando los casos de corrupción, a fin de que se aplique la Ley. Pero para ello también es fundamental tener un Poder Judicial objetivo, eficiente y eficaz.
Lamentablemente la corrupción ha existido y existe en todos los sectores y niveles de nuestra sociedad, haciendo que este problema para muchos sea ya un mal endémico en el Perú, porque desde inicios de la República han ocurrido denuncias y casos de este tipo, sea en el ámbito privado como en el sector público. Ello afecta la credibilidad de los ciudadanos sobre empresas privadas e instituciones públicas, y también sobre la clase política en general, las últimas denuncias sobre los bienes de la primera mandataria lo ratifican.
Según la Contraloría General de la República en el año 2023 en nuestro país, se perdieron más de S/ 24,000 millones, porque se lo roban, hay ineficiencia, despilfarro o incompetencia. Esto es completamente inaceptable en un país con más del 30% de habitantes con pobreza, y según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) un 11.5% de desnutrición crónica en menores de 5 años y 43.1% de anemia en menores de 6 a 35 meses de edad durante el 2023.
Dice un refrán “para muestra un botón”, según la Contraloría General de la República en una Nota de prensa publicada en su página web el pasado 9 de enero se detectó “un perjuicio económico de S/ 6 270 000,00 en la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones (DRT y C) por aprobar el pago del servicio de mantenimiento de una ruta departamental ejecutada durante el 2023 que se hizo sin cumplir las especificaciones técnicas establecidas en el expediente. Asimismo, por no aplicar el cobro de las respectivas penalidades al contratista.”.
Recordemos que existe responsabilidad del corrupto y del corruptor, siendo tarea de todos nosotros combatirla y denunciarla, pero también formar a las nuevas generaciones con sólidos valores éticos y morales. Solo así esta situación se revertirá y la ciudadanía como los inversionistas, tanto locales como extranjeros, podrán recuperar la confianza en el Estado peruano y sus instituciones públicas y privadas, pudiendo alguna vez tener un país próspero y justo libre de la lacra de la corrupción.
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