Martín Taype
Expectativas empresariales se derrumban
Según la Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas

Las expectativas son una de las variables más importantes en la economía de un país, porque influye en otros indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros. Estos indicadores también se ven afectados debido a factores internos, la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos, o un evento inesperado que afecte la economía. En base a lo expuesto veamos las últimas expectativas empresariales en el Perú en el mes de marzo del 2022.
Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicada en el Resumen Informativo Semanal del 7 de abril del presente año, casi todos los indicadores de expectativas en el mes de marzo del 2022 con respecto a febrero del 2022, cayeron o se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). El índice de la economía a 3 meses pasó de 45 a 39 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses pasó de 53 a 47 puntos, el índice del sector a 3 meses pasó de 50 a 49 puntos, el índice del sector a 12 meses pasó de 57 a 55 puntos, el índice de la situación de su empresa a 3 meses pasó de 52 a 51 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses pasó de 60 a 58 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses pasó de 53 a 54 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses pasó de 62 a 61 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses se mantuvo en 50 puntos, el índice de contratación de personal a 12 meses pasó de 56 a 54 puntos, el índice de inversión de su empresa a 3 meses se mantuvo en 49 puntos, y el índice de inversión de su empresa a 12 meses se mantuvo en 54 puntos.
Los resultados de la citada encuesta básicamente se debieron a dos factores: la incierta evolución de la pandemia del covid-19 (que viene afectando al mundo y a nuestro país, ahora con la nueva variante XE, que golpea al hemisferio Norte y que es muy posible que nos golpee próximamente) y el contexto interno que continúa golpeando a nuestro país (el ruido político, conflictos sociales, las denuncias de corrupción difundidas por los medios de prensa, el alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas).
A esos dos factores se suma un difícil contexto económico y geopolítico externo, en el que los precios internacionales de los cereales, petróleo, gas, fertilizantes y azúcar, entre otros, afectan los precios de los productos de primera necesidad, que están al alza, como resultado de las tensiones militares entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, frente a Rusia, China, Irán, Corea del Norte y sus aliados, que son los principales productores mundiales de estos productos. Esto explicaría el pesimismo de las expectativas empresariales, que se pueden agudizar e influir de manera nefasta en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, en lo que resta de este año. El riesgo de un conflicto global y un rebrote de la pandemia en nuestro país no está descartado.
En tal sentido, al Gobierno no le queda otra opción que mejorar las expectativas empresariales combatiendo eficiente, eficazmente y con transparencia los citados problemas internos, respetando el marco constitucional vigente. Además debe ser proactivo al impacto que puedan tener en nuestro país el contexto económico y geopolítico externo, y tomar todas las acciones preventivas y correctivas que correspondan.
COMENTARIOS