Manuel Gago

Esto es poco. Aquí viene más

Las rondas dominarán nuestras vidas

Esto es poco. Aquí viene más
Manuel Gago
13 de julio del 2022


El plan antiperuano orquestado por el extremismo socialista no es reciente, lleva años de preparación. Después de su derrota social y militar, Sendero Luminoso se atrincheró en los bosques y estableció zonas liberadas. Allí controla el narcotráfico, la tala ilegal, el contrabando de madera, el tráfico de terrenos y el sicariato. Quien ose enfrentarlo es callado a balazos. Diversas instituciones señalan que en los últimos años, cerca de 90 dirigentes comunales fueron asesinados. Por temor a las represalias los crímenes son denunciados tímidamente. 

Ese mismo esquema de terror impuesto en la selva, se pretende extender a lo largo y ancho del país. Recordemos: Después de la huelga de profesores de 2017, Pedro Castillo, dirigente del magisterio, y Gregorio Santos –ex presidente regional de Cajamarca, encarcelado por aceptar coimas y culpable de la pobreza generalizada en su región– organizaron rondas campesinas con propósitos políticos, y no comités de autodefensa dedicados a la seguridad y paz social dentro de su ámbito territorial, sometidas a las leyes nacionales y Constitución. 

Originalmente luchadores contra los abigeos y la delincuencia, las rondas fueron la principal fuerza pacificadora durante la época del terrorismo. Hoy dirigidos por el extremismo marxista, son primera línea de ataque y defensa del Gobierno de Castillo y la fuerza de choque del comunismo. Se les vio intentando someter a los comerciantes de Gamarra, en la Plaza San Martín “afilando” sus machetes en el pavimento y en la avenida Abancay, con látigos en mano, acallando a los opositores del Gobierno. 

No obstante, por estrategia –por la resistencia de la población–, se replegaron. Dieron el paso atrás para tomar impulso. Sobre el secuestro de los periodistas de Cuarto Poder, Fernando Chiquilín, presidente de las rondas campesinas de Cajamarca, dijo sin rubor que “esto es poco, aquí viene más”, desvelando el plan siniestro anunciado tantas veces en este espacio. Ronderos o seudo ronderos ahora con ley propia. Serán armados y asalariados en los lugares donde sus candidatos ganen en las próximas elecciones locales y regionales. 

¿Cómo así las rondas –puntal de la lucha antiterrorista– han caído en las manos de los maoístas? La respuesta no sería otra sino el perpetuo miedo, el mismo de los pobladores amazónicos por la falta de protección, que debería ser responsabilidad del Estado. Desde el 2011, con el grito de “agua sí, oro no”, la convulsión crece en el interior, hasta lograr zonas liberadas en las comunidades mineras. En 2015, vecinos arequipeños denunciaron que los violentos manifestantes contra el proyecto de cobre Tía María no eran del lugar. Caras extrañas azuzaban y amenazaban. Son asesores y autonombrados dirigentes comunales que desarrollan estrategias de destrucción de la economía, para después de las cenizas, tomar el control con un gobierno –según ellos– impulsado desde el interior. 

La “pluriculturalidad” es un plan cubano. No es algo gratuito, sino traición y entreguismo. El maquiavélico “divide y reinarás” considera organizar pequeños reinos controlados por dirigencias ronderiles capturadas, al margen de la autoridad de la policía, jueces y fiscales. Desunión en lugar de unidad, y pulverización de la estructura nacional. Una versión actualizada de la lucha de clases que le entregará poder ilimitado a “las autoridades ancestrales de los pueblos originarios, respetando sus territorios, costumbres y tradiciones”.

Agregan que el machete es símbolo y no arma. Y los relatos mentirosos conmoverán a la población despistada. Se manipulan los temas relacionados con los pobres, nativos, campesinos, cholos; victimizándolos sin sustento real, sin considerar sus emprendimientos. Por ejemplo, el 80% de las agroexportadoras están conformadas por pequeñas empresas, la mayoría lideradas por mujeres. 

En un Perú de pobladores confundidos, además de asustados –duele decirlo–, la mentira y traición se esparcen con facilidad asombrosa. Las rondas, otrora símbolo de la resistencia andina, ¿ahora son el sostén del maoísmo y acaso también del narcotráfico?

Manuel Gago
13 de julio del 2022

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