Juan Sheput
El Tribunal Constitucional y el indulto a Fujimori
Respeto pleno a los fallos de nuestros organismos constitucionales

Fue a fines del año 2005 cuando coincidiendo en Madrid con Don Valentín Paniagua, expresidente constitucional del Perú, tuvimos el tiempo y la oportunidad de hablar de lo que significó su breve paso por el gobierno, entre noviembre del 2000 y julio del 2001. Algo que quedó grabado en mi memoria era el desacuerdo que tenía el expresidente con que a su gobierno lo llamen como “de transición”. Coincidíamos en que no se podía hablar de transición cuando no había habido reconciliación, y que a lo mucho su gobierno fue uno transitorio o de transferencia. La sencillez de Don Valentín lo llevaba a expresarse con humildad y sinceridad.
En efecto, veo allí una de las raíces de todo el deterioro actual y de la forma como se insiste en el enfrentamiento de peruanos contra peruanos, con un nivel de odio que impide cualquier tipo de diálogo político. En el país jamás hubo una “transición”, como le gusta decir a los politólogos y políticos progresistas, vividores de fantasmales triunfalismos y promotores de etiquetas rimbombantes que no se condicen con la realidad (eso de “notables” por ejemplo). Y no hubo transición, repito, porque simplemente no hubo un proceso de reconciliación, con todo lo que esto conlleva (perdón, reconocimiento y mirar al futuro).
Esa falta de reconciliación hace que la reciente decisión del Tribunal Constitucional, de aprobar un hábeas corpus en favor del sentenciado expresidente Alberto Fujimori, que lo pondría en libertad, en lugar de generar un intercambio de ideas acorde a la magnitud del hecho, se convierta nuevamente en elemento de polarización, enfrentamiento y cuestionamiento de las atribuciones del propio Tribunal Constitucional. El propio presidente Pedro Castillo, que hizo un llamado de atención, cuestiona el reciente fallo del TC señalando que es una muestra de nuestra debilidad institucional.
Cabe señalar que el indulto otorgado por Pedro Pablo Kuczynski fue impecable. No solo correspondía a una atribución que le confiere la Constitución sino que fue liderado desde el Ministerio de Justicia por el Dr. Enrique Mendoza, ex presidente de la Corte Suprema. Lamentablemente fue afectado por un contexto político parlamentario; pero el indulto como tal correspondía dada la gravedad en el estado de salud de Alberto Fujimori. La barbaridad cometida luego por un juez provisional, que anuló, ha sido corregida por este fallo del Tribunal Constitucional.
¿Habrá protestas? Puede ser ¿Irán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos? A los progresistas les encanta viajar. Aquí, en el Perú, los políticos deben empezar a pensar en la gobernabilidad, entendiendo por ella al respeto pleno a los fallos que emanan de nuestros organismos constitucionales.
COMENTARIOS