Juan Sheput
De dudas y certezas. Sobre la necesaria salida de Pedro Castillo
La mejor alternativa son las elecciones generales adelantadas

Durante la segunda vuelta del año 2011, el conocido politólogo de Harvard Steven Levitsky popularizó la frase “de Humala tengo dudas, de Fujimori certezas”, palabras que dichas en relación a los casos de corrupción que sobre ambos recaían buscaba orientar el voto en favor del “mal menor” Ollanta Humala. La apuesta le salió al país muy cara. Votar por Humala significó para el Perú ingresar a un gobierno en el cual no solo hubo corrupción e incompetencia, también fue el inicio de un deterioro institucional. Era previsible, desde el año 2006 el nacionalismo humalista fue condescendiente con los gobernadores regionales elegidos por su partido, los cuales devinieron en funcionarios que hasta hoy enfrentan procesos por corrupción. Esta permisividad, primero partidaria y luego desde el mismo Gobierno, contribuyó a la avidez presupuestal de los gobiernos regionales, también investigados por corrupción, que encabezaron Martín Vizcarra y César Villanueva por ejemplo.
En estos días nos quieren vender una modalidad del “tengo dudas y certezas” señalándose profusamente que no conviene un adelanto de elecciones pues lo que viene sería peor. Los defensores del statu quo, los que en su momento impulsaron la candidatura de Pedro Castillo y lo protegieron en sus primeros días en el poder, dicen –a través de los medios de comunicación y las redes sociales– que una salida de Castillo y Dina Boluarte significaría el retorno de los mismos de siempre (los de antes), y que por eso no conviene un adelanto de elecciones. Además exigen que, de manera previa, haya elecciones si y solo si primero se impulsa una profunda reforma política.
Jugando con el razonamiento de los defensores de Pedro Castillo valdría preguntarse si la reforma política sería viable, pues lo más seguro es que la hagan los mismos de siempre. Miremos los resultados actuales. Un conjunto de modificaciones legales, impulsadas por el gobierno de Vizcarra por consejo de sus reformadores, que solo ha profundizado la crisis política que padecemos. Reforma política sí, pero a cargo de politólogos de clase mundial capaces de analizar la complejidad de la crisis política que atravesamos.
La posibilidad de unas elecciones generales anticipadas siempre será mejor que seguir con Pedro Castillo y este Congreso cuatro años más. De lo que pueda venir como consecuencia de un adelanto de elecciones se puede dudar, por tanto habrá posibilidad de mejorar. Todo lo contrario, con las certezas que tenemos sobre Pedro Castillo y el actual Congreso está garantizada la tragedia nacional. Están ya en un nivel tan deteriorado y la corrupción está tan instalada que su permanencia en el poder, cuatro años más, sería predecible en cuanto al daño y perjuicio que seguiría causando al país.
Por tanto, dejémonos de ambigüedades. Lo mejor para nuestro país sigue siendo la convocatoria de elecciones generales, para lo cual primero se tiene que vacar a Pedro Castillo y destituir a Dina Boluarte. Es lo único que fortalecería a nuestra democracia.
COMENTARIOS