Tino Santander
Cusco: un botín de US$ 70 millones
Consettur y su monopolio de buses a Machu Picchu

En la provincia de Urubamba, ubicada entre las montañas del maravilloso Valle Sagrado, donde el sol resplandece todo el año, el alcalde Luis Alberto Valcárcel Villegas lucha por que las millonarias rentas que produce el transporte en buses de miles de turistas hasta Machu Picchu beneficien a su pueblo y no a Consettur Machu Picchu SAC. Esta empresa se mantiene allí enquistada a punta de corrupción y leguleyadas, protegida por una mafia despreciable.
Los turistas que suben y bajan desde la estación de Aguas Calientes, ubicada a pocos kilómetros de Machu Picchu, pagan US$ 40 dólares. Es el pasaje más caro del mundo, y solo cubre una distancia corta y con pésimo servicio. Sin embargo, ese ir y venir turístico permanente produce un movimiento económico extraordinario calculado en más de US$ 70 millones en un año, una verdadera mina de oro que mueve ambiciones enloquecidas.
El municipio urubambino solo recibe US$ 7,500 mensuales de Consettur por un contrato que la Corte Suprema, el Tribunal Constitucional e Indecopi han declarado nulo en todas sus cláusulas. Pero la empresa no se mueve del lugar y sigue allí. Se burla y presenta las consabidas acciones de amparo, asesorada por los más caros estudios de abogados de Lima, que aprovechan los resquicios legales. También paga la acción de las mafias, políticos corruptos, lobbies y la compra de favores a diestra y siniestra.
La lucha del pueblo de Urubamba se prolonga ya por más de 24 años. Lo que quiere su alcalde ahora es que Conssetur se vaya y se convoque de una vez por todas a un concurso público para seleccionar al nuevo concesionario, tal como recomienda el fallo de la Corte Suprema. El objetivo es que el nuevo contrato rompa el monopolio, garantice rentas justas al municipio para atender las demandas urgentes de la población más humilde, se mejore el servicio de transporte y se expulse a las mafias que pretenden adueñarse del Valle del Urubamba y de sus maravillas. “Primero está el interés de nuestra gente, de nuestro pueblo y el prestigio turístico del Perú, que no puede estar en manos de unos tramposos”, afirma Valcárcel, que es el primer alcalde del lugar en denunciar el problema ante todo el país, a través de una entrevista que dio a RPP.
El alcalde Valcárcel demandó (en esa entrevista) a los jueces instalados en Lima para que resuelvan de una vez el asunto, y no dar curso a los eternos amparos dilatorios que presenta Consettur. Dijo que él como autoridad no puede garantizar que el pueblo urubambino protagonice en los próximos días una explosión social, se apodere de las rutas a Machu Picchu y se genere una enorme protesta regional.
Los llamados analistas e intelectuales limeños comentan muchas veces —con visión racista y clasista— que son los “cholos” en las provincias, como la de Urubamba, los que producen desorden, caos y violencia. Respetado lector, ¿a usted qué le parece? ¿Dónde se genera la violencia, en Lima o en las provincias?
COMENTARIOS