LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Siguen detenciones sin acusaciones ni juicios!
¿PPK convertido en una pieza de ajedrez sacrificada?

La Sala del Poder Judicial ratificó la detención preliminar de Pedro Pablo Kuczynski con los argumentos conocidos de obstrucción de la justicia y del peligro procesal. Increíblemente, los argumentos no se aplican al conocido jefe de una banda criminal sino al ex presidente de la República, elegido en los comicios nacionales de tres años atrás.
Aquí no estamos defendiendo la inocencia de PPK. Finalmente, la naturaleza de los pagos a Westfield y de las relaciones del ex jefe de Estado con Odebrecht deben determinarse en juicio y mediante sentencia. Aquí pretendemos enfrentar esta especie de sentido común que comienza a predominar en la sociedad, que alientan algunos medios tradicionales y que defienden las ONG de izquierda, acerca de que es posible convertir las detenciones preliminares y preventivas en la regla general –y no en la excepción– de los juicios en democracia.
Los políticos en el Perú comienzan a ser detenidos sin acusación fiscal ni juicio en desarrollo. Se detiene para investigar; es decir, para establecer si procede o no la acusación fiscal. Como la gente está irritada con los políticos, las detenciones en marcha causan la impresión de que los fiscales están luchando a todo trapo contra la corrupción, que existen magistrados ejemplares, cuando, en la realidad, todo es humo: los fiscales no acusan ni hay juicios en desarrollo.
Los fiscales del caso Lava Jato comienzan a fracasar en todas las líneas porque no acusan a nadie, pero sí gozan de popularidad porque detienen a políticos rechazados. Igual que en el circo romano, donde se sacrificaba a legendarios gladiadores.
Gran parte de la sociedad comienza a asustarse y tocarse de nervios frente al hecho de que el sistema de justicia puede encerrar –como regla general – a los acusados sin acusación ni juicio. Es el mismo temor que causan todos los autoritarismos contra potenciales adversarios. Si los fiscales del caso Lava Jato y el fiscal Domingo Pérez logran imponer esta lógica judicial, entonces el Estado de derecho y la Constitución en el Perú estarán en cuestión.
Si la sociedad y los políticos del país no son capaces de entender que esta lógica de detenciones sin acusación ni juicio debe enfrentarse como una amenaza para la democracia, tarde o temprano, todos nos arrepentiremos. Basta recordar que los seguidores de PPK, en medio de una feroz polarización con el fujimorismo, celebraron la detención preventiva de Keiko Fujimori y la dirigencia de Fuerza Popular. Hoy, seguramente, advertirán que esas celebraciones se han convertido en los mejores argumentos para la detención absurda de PPK.
La detención de PPK pretende generar la imagen que la mano de la justicia no solo llega a los opositores. El objetivo es legitimar las detenciones sin juicio para oxigenar la detención de Keiko, que comienza a ser cuestionada ante la falta de acusaciones fiscales. Y, por supuesto, el objetivo también es legitimar una eventual detención de Alan García, sin acusación ni juicio.
Este carnaval de detenciones de todo tipo comienza a parecerse a un tablero de ajedrez en el que se sacrifican piezas para crear escenarios y ganar la partida. Sin embargo, las estratagemas del ajedrez no tienen nada que ver con las funciones de los fiscales, porque en los movimientos se juega la libertad de la gente. Los fiscales solo existen el sistema de justicia por una razón: acusar para iniciar juicios y producir sentencias. Bueno, es lo único que no hacen en el escándalo Lava Jato.
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