LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
La guerra contra el Presidente muerto
Fiscales empecinados en demoler imagen de líder aprista

Como en los momentos más estremecedores de los autoritarismos, en el Perú los fiscales Lava Jato, los medios de comunicación tradicionales y las ONG marxistas —encabezadas por IDL-Reporteros—, han comprendido que la posibilidad de mantenerse en el control del aparato judicial pasa por seguir linchando al ex presidente aprista. ¿Por qué? Si las pesquisas de los fiscales no demuestran que el líder aprista estaba comprometido en los casos de corrupción, entonces, la idea de un Presidente mártir que se rebeló contra un sistema judicial que encarcela a los políticos sin acusación fiscal ni juicio, y que se insubordinó contra magistrados que actuan en función de los linchamientos mediáticos, se convertirá en un huracán político.
Las preguntas inducidas de Domingo Pérez a Jorge Barata en Brasil —tal como lo reveló Aurelio Pastor, presente en el interrogatorio acerca de si consideraba “que Nava y Atala eran los Maiman de García”, o que si el seudónimo “Chalán” de Nava era una alusión a que cuidaba “al caballo”(García), no son las preguntas de un magistrado que busca la verdad, sino de un operador político que busca liquidar la memoria de un adversario.
Pérez y los fiscales Lava Jato hacían política y no una diligencia judicial, porque no hay cuentas, emails, reuniones o documentos, que comprometan a García, tal como sucede con Alejandro Toledo, Susana Villarán, Ollanta Humala y Nadine Heredia.
Es extraño el resultado de los acontecimientos: después del suicidio de García, el acuerdo de los fiscales Lava Jato no ha logrado demostrar nada contra el líder aprista, y tampoco contra Keiko Fujimori. Muy por el contrario, los casos de Toledo, Villarán y colaboradores, Humala y Heredia, se complican. Con el agravante de que los fiscales Lava Jato e IDL-Reporteros están dispuestos a sacrificar a todos sus aliados (incluida Villarán) con tal de mantener el control judicial.
Más allá de las portadas, reportajes y linchamientos de los medios tradicionales, los fiscales Lava Jato, pues, se vienen sin nada. A tal extremo que están obligados a ir tras los amigos de Gustavo Gorriti como una manera de mantener el control.
Sin embargo, en esta ocasión la izquierda y los medios tradicionales no las tienen todas consigo. El aprismo peleará con uñas y dientes la memoria de García porque es la única manera de preservar la resurrección del pueblo aprista. La guerra alrededor de García continuará con fuerza. Los fiscales Lava Jato, incluso, “buscarán la colaboración de los implicados” para sindicar a García.
Como se aprecia, la política en el Perú es surrealista. Con la muerte de García se extinguió la acción penal del Estado; sin embargo, los fiscales Lava Jato acribillaron durante tres horas a Barata con preguntas inducidas e impidieron a los abogados del ex jefe de Estado participar en la diligencia, mientras volanteaban las afirmaciones balbuceantes del ex funcionario de Odebrecht. De alguna manera hay una enorme soberbia en los fiscales Lava Jato, los medios tradicionales e IDL-Reporteros: se creen con la capacidad de construir “verdades” alrededor de movilizaciones mediáticas.
No obstante, presiento que está vez se estrellaran con el cadáver de García. El suicidio del dos veces jefe de Estado en democracia, de una u otra manera, ha manchado estas estrategias de demolición para bien. No es posible, pues, cerrar los ojos y creer que nada ha cambiado, porque la política ya no es igual después de la tragedia del líder aprista.
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