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Bien Vizcarra, el Perú está más que parado

Ejecutivo presente una singular cuestión de confianza

Bien Vizcarra, el Perú está más que parado
Víctor Andrés Ponce
30 de mayo del 2019

 

El presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar, presentó ayer la cuestión de confianza alrededor de cinco proyectos de reforma política elaborados por la famosa comisión de notables, encabezada por Fernando Tuesta. Pero lo hizo estableciendo un plazo perentorio: las reformas constitucionales (en primera votación) y legales tenían que aprobarse antes del 15 de junio, de lo contrario, se cerraba el Congreso. El mensaje era claro.

Para cualquier observador resultaba evidente que el asunto de las reformas era lo de menos, como se dice. Finalmente, si el Gobierno de Vizcarra disuelve el Legislativo no habría ninguna reforma a menos que se convocara a una asamblea constituyente. El Gobierno y la coalición vizcarrista (ONG marxistas y medios tradicionales) tenían sangre el ojo porque el Congreso había archivado las denuncias en contra del ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry. La decisión de los llamados sectores caviares para controlar el Ministerio Público se había convertido en la madre de todas las batallas. ¿Por qué será?

No es necesario ser demasiado zahorí para entenderlo, sobre todo si reparamos en que los líderes de la oposición están encarcelados sin acusación fiscal ni juicio oral. Los sectores marxistas quieren el control total de la Fiscalía para desarrollar su estrategia de poder, y liquidar a Chávarry es cuestión de vida o muerte. No obstante que un periodista serio —imposible de alguna sospecha de contaminación “fujiaprista”— como Ricardo Uceda sostiene que el ex FN no conocía a Hinostroza, el Ejecutivo parece animado a cerrar el Congreso por esta razón. Devastador.

Ante el planteamiento inconstitucional de la cuestión de confianza, las diversas bancadas parlamentarias discutían posibles escenarios. Pero ¡oh! sorpresa, un dato inesperado. La izquierda marxista en el Congreso —es decir, el Frente Amplio y Nuevo Perú— anunció que iba a votar en contra de la cuestión de confianza. El motivo: forzar el cierre del Congreso para convocar a una asamblea constituyente. La llamada bancada liberal también parecía inclinada a votar en el mismo sentido.

En este escenario, las diversas bancadas democráticas comenzaban a inclinarse por dos posibilidades: otorgar la confianza sin tomar en cuenta el gesto dictatorial de poner plazos y temas para sancionar los proyectos, o recurrir ante el Tribunal Constitucional para que este organismo establezca si el Ejecutivo tiene facultad de presentar una cuestión de confianza por iniciativas de reforma constitucional y legal. Como todos sabemos, la Constitución solo le otorga esta facultad al Ejecutivo en casos de políticas públicas.

Cualquiera sea el desenlace, el camino virtuoso que el Perú iniciara tres décadas atrás en el terreno de la economía, y luego en el desarrollo de una experiencia democrática —que acumuló cuatro elecciones sucesivas sin interrupción— parece haber sido interrumpido. En cualquier caso, las heridas son de extrema gravedad. Y la recuperación será extremadamente difícil.

Hoy en el Perú todo está parado. Esta detenida la economía, las inversiones privadas y la inversión pública, la lucha contra la ola criminal, la reconstrucción del norte y la lucha contra la anemia, porque el Ejecutivo está en guerra. Y como todos sabemos, los mercados son organismos que respiran información pública, que hoy es tóxica y mortal. El golpe contra el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza será muy fuerte.

Y, en este contexto, ante el escenario del cierre del Congreso —a todas luces inconstitucional e ilegal— los problemas para Vizcarra y Del Solar recién empezarán. No solo porque el Ejecutivo se quedará solo en medio de un desastre nacional, sino porque los calvarios de los autócratas que se cargan una experiencia republicana ya son conocidos en el Perú.

Cerrado el Legislativo, a Vizcarra solo le quedará seguir acumulando poder. Y en vez de convocar a elecciones para al Legislativo, en cuatro meses estará tentado de ir por la constituyente. Si eso sucediera la coalición vizcarrista se disolverá y emergerá el César. El libreto es recontra conocido.

 

Víctor Andrés Ponce
30 de mayo del 2019

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