Algunos días después de la APEC, poco a poco, el Per&uac...
Demasiados obstáculos al desarrollo de la telefonía móvil.
La revolución de los teléfonos inteligentes (smartphones) ha multiplicado la demanda del servicio de datos a través de los teléfonos celulares, principalmente entre la juventud, lo cual les plantea un desafío enorme a las operadoras de telefonía: Tener que atender esa demanda con eficiencia cuando al mismo tiempo les ponen obstáculos para colocar antenas celulares.
Nuestro país tiene hoy unas 7,900 antenas, de las que unas 2,600 están instaladas en Lima, lo cual es muy poco, según los estándares mundiales sobre la materia. En Londres, capital del Reino Unido, que tiene la misma población, extensión territorial y ritmo de crecimiento que Lima, hay instaladas 31,000 antenas celulares, lo cual les permite contar con un servicio eficiente.
Más cerca, Santiago de Chile, con seis millones de habitantes, tiene instaladas 25,000 antenas celulares y aún así las autoridades chilenas trabajan para aumentarlas porque esa cifra es insuficiente para asegurar un servicio de telefonía móvil y datos de primera calidad.
Las cifras reseñadas explican las serias limitaciones que sufrimos los peruanos en el servicios de teléfono y transmisión de datos por celulares. Necesitamos con urgencia más antenas, por eso el año 2007 el Congreso de la República aprobó la ley que declara de necesidad pública la instalación de aquellas, la cual, lamentablemente, no se cumple.
Resulta absurdo que quien incumple dicha ley es el propio Estado, más precisamente los gobiernos municipales, a través de ordenanzas y resoluciones administrativas que contradicen la decisión del Congreso y que carecen de sustento técnico. Por ejemplo, el distrito de Miraflores ha decidido que en su jurisdicción no se instalarán más antenas, en tanto que otros distritos han inventado una tramitología expresa contra el avance de la telefonía móvil..
Llama la atención la falta de autoridad del gobierno nacional ante semejante desacato de la ley, más aún cuando la arbitrariedad municipal afecta a una red nacional que presta servicios a todos los ciudadanos. Pocos saben que los POS y los GPS, modernas herramientas de negocios y de seguridad, funcionan con esas antenas, al igual que la red del Sistema Nacional de Defensa Civil para enfrentar desastres. El daño entonces, es enorme.
El pretexto principal para obstaculizar la colocación de las antenas es que supuestamente dañan la salud de las personas, lo cual ya ha sido descartado. Es el uso excesivo del celular lo que puede generar problemas de salud, no las antenas. De hecho hace más de cien años estamos expuestos a la radiación de las señales de radio y TV sin efectos dañinos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) han precisado que es el calor del teléfono, al estar en contacto mucho tiempo con el cuerpo, lo que puede dañar los tejidos de la zona tocada, no la señal de telefonía, ni las antenas. Para prevenir este daño la OMS recomienda usar “hadsfree”.
Es increíble que a estas alturas del desarrollo de las telecomunicaciones en el mundo, los peruanos NO tengamos acceso a un servicio de celulares y datos de primera calidad solo porque nadie hace respetar y cumplir la ley. ¿Es que no hay autoridad en nuestro país?
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