En el Perú, hablar de conectividad es hablar de desigua...
De locura. La izquierda, con la sorprendente indolencia del Ejecutivo de Martín Vizcarra, está haciendo realidad la paralización económica del país. Ha logrado la suspensión por 120 días de la licencia de construcción de la mina Tía María. ¡Insólito! Con esto, se está creando en el país un ambiente hostil para las inversiones.
Lo mismo sucede en los bosques. Uno de los recursos más valiosos del país se ha abandonado y dejado en las manos del narcotráfico, los taladores ilegales, los contrabandistas de madera y las organizaciones criminales ligadas a las federaciones de indígenas (por intermedio de asesores y “enlaces” vinculados a las ONG del ambientalismo ideológico). La presencia de militantes de Sendero Luminoso es también una realidad. La selva amazónica se ha convertido en tierra de nadie por la pasividad y hasta indiferencia del actual Gobierno.
Por esta razón, para dejar la selva libre de inversiones y de la presencia del Estado —que debería brindar los públicos que son de responsabilidad (médicos, educativos, electricidad, carreteras, entre otros)— la izquierda anticapitalista boicotea el proyecto de Ley Nº 2550/2017-CR, Ley de Incentivos para las Plantaciones Forestales, del congresista Federico Pariona. La esencia del proyecto es la apertura de las inversiones públicas y privadas en plantaciones forestales con fines de protección y producción de madera. Esta iniciativa va en contra de los intereses del marxismo y su estrategia de mantener en el país, sobre todo en las zonas rurales, índices altos de pobreza, informalidad y desempleo, con objeto de declarar a los cuatro vientos que el sistema de libre mercado ha fracasado y pretender imponer un sistema socialista, de subsidios y prebendas, y de corrupción mercantilista.
El argumento simple de los representantes del Frente Amplio (FA) y Nuevo Perú (NP) es que el proyecto “sirve para favorecer a las empresas” y “atenta contra la seguridad alimentaria del país”. Una enorme contradicción de la misma izquierda, que también boicotea la ampliación de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº 27360), que promueve la expansión del campo, con 600 variedades de frutas y hortalizas que cumplen los exigentes protocolos sanitarios internacionales.
La caída de las exportaciones legales de madera indica claramente el abandono de los bosques peruanos por parte del Estado. No obstante, siendo Perú el décimo país en el mundo y el segundo en Sudamérica con más área forestal, la industria del sector apenas representa el 0.3% de las exportaciones totales del país. Con un 60% de su territorio ocupado por bosques (73 millones de hectáreas), las exportaciones totales peruanas de productos maderables solo ha alcanzando en promedio, en los últimos años US$ 600 millones al año. El colmo es que la producción y transformación de la madera tampoco alcanza para abastecer los requerimientos de los consumidores nacionales. Chile, con un 23.3% de bosques de su territorio (17.6 millones de hectáreas), ha exportado en 2018 US$ 6,400 millones de productos relacionados con la madera.
Queda claro que la selva peruana sigue virgen y ofreciendo posibilidades de desarrollo, mientras la criminalidad campea a sus anchas. En cambio, países como Chile —con inversiones de largo alcance— han logrado establecer industrias alrededor de la madera.
Según el investigador forestal Enrique Lorente Pastor, en el Perú se deforesta unas 150,000 hectáreas cada año. Lorente plantea un plan ambicioso de reforestación de especies nativas. Para el investigador, se debe plantar caoba, cedro, palo rosa, shihuahuaco, mohena y huayruro, entre otros. Para César Paredes, ex jefe del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), un fondo forestal y un canon servirían para reforestar el país en donde el agua abunda, en la cumbre de las montañas. Esto, para ofrecer a las comunidades una actividad económica en función de la producción de madera, con la plantación de árboles maderables y plantas autóctonas. Y también para prevenir los deslizamientos de piedra y lodo que ocurren cada año en el país, en las temporadas de lluvias. De acuerdo a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el Perú existen cinco millones de hectáreas disponibles para el desarrollo forestal. ¿Cuándo comenzamos con esta tarea para mejorar el medioambiente y aportar a la economía del país? ¿Cuándo, señor Vizcarra?
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