David Auris Villegas

La canción criolla en la escuela

Educar al ritmo de la identidad intercultural

La canción criolla en la escuela
David Auris Villegas
31 de octubre del 2025

 

En Perú, a finales de octubre y acercándonos al fin del año escolar, los maestros y estudiantes celebramos al ritmo de la canción criolla, símbolo vivo de nuestra identidad mestiza e intercultural. En las aulas se escuchan los ecos de las guitarras, los cajones y la alegría que nos recuerdan nuestras raíces y ese sello de identidad nacional que es nuestro destino común.

Precisamente, cada 31 de octubre celebramos el Día de la Canción Criolla, instituido en 1944 por el presidente Manuel Prado Ugarteche, como homenaje al arte y a nuestra identidad cultural, rindiendo tributo a la música criolla y afroperuana que nos emociona y nos une.

La canción criolla refleja el mestizaje cultural peruano y posee un poder transformador que forma personas más sensibles. Nacida del encuentro entre europeos, africanos y los autóctonos, emplea instrumentos como la guitarra, el cajón y la quena, símbolos de nuestra diversidad. El intelectual Marco Aurelio Denegri la valoró como una auténtica expresión de identidad y peruanidad.

Este género abarca el vals, la marinera, el tondero y el festejo, con canciones emblemáticas como “La flor de la canela” de Chabuca Granda, “El plebeyo” de Felipe Pinglo Alva y “Contigo, Perú” de Augusto Polo Campos, que transmiten amor, garbo, picardía, nostalgia, identidad, patriotismo y alegría popular.

Desde una mirada pedagógica, la música criolla se convierte en un activo didáctico dentro del espacio escolar, no solo para ser escuchada, sino para musicalizar las clases y así motivar el aprendizaje, fortalecer el respeto y promover la convivencia en un mundo diverso. Por ejemplo, al analizar las letras de “Cuando llora mi guitarra”, los estudiantes reflexionan en el aula sobre el valor del amor, la tristeza y la resiliencia.

Por otra parte, la música criolla, al igual que otras expresiones musicales, fomenta valores, pensamiento crítico e inclusión, catalizando el arte, la emoción y la educación. En tiempos de desafíos, inspira amor a la patria, empatía y esperanza, mientras promueve un diálogo intercultural que enlaza el pasado, el presente y el futuro en una sola melodía de convivencia.

La música criolla, además de ser una expresión artística, es una poderosa herramienta didáctica para los maestros, pues educa a los estudiantes al ritmo de sus melodías, permitiéndoles aprender a convivir, respetar y valorar la diversidad y la armonía.

David Auris Villegas
31 de octubre del 2025

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