Manuel Gago
Poner el pecho por La Bambas

¿Cómo contrarrestar a los radicales que truncan proyectos mineros?
No salimos de uno y ya estamos en otro acto de violencia desmedida que se pudo evitar. ¿Cómo detener la escalada radical que se ha propuesto, con bastante éxito, paralizar los proyectos mineros? ¿Cómo un puñado de dirigentes sin academia suficiente puede vencer a titulados formados en eso que le dicen ablandamiento social y a poderosas transnacionales haciendo publicidad por todos lados?
En 2011, cuando Ollanta Humala muy orondo se hacía del poder Ejecutivo, una autodenominada federación de campesinos pedía cancelar todas las operaciones mineras de la región Junín. Uno de sus dirigentes, Armando Centeno, fue acusado de ser mando político e ideológico de Sendero Luminoso en el centro del país. Paralizaron el yacimiento de fosfatos ubicado en las alturas del Valle del Mantaro aun cuando la población daba bienvenidas a la inversión. El estribillo “Agua Sí, Oro No”, que Humala y seguidores vociferaron en campaña, daba sus primeros resultados. Apenas instalado, el nuevo Congreso aprobó la Ley de la Consulta Previa para hacerle creer a la serranía y a la Amazonía que todos son indígenas para sus propósitos políticos, que dejaron de ser comunidades campesinas para ajustarse al plan antiminero que se venía. Radioemisoras provincianas y voceros financiados, desde muy temprano, repiten, en castellano y quechua, simples frases que calan en los pobladores alejados y olvidados.
Con disfraz o sin disfraz, Sendero Luminoso y el MRTA le ganan la guerra al Perú. Ya no dicen “el poder nace del fusil” ni “el rico ya no comerá de tu pobreza”. Ahora andan ocupados con eso de cuidar aire, agua y tierra, su nueva fachada contra el progreso. Súmele la delincuencia desbordada y ya no hay orgullo peruano que ostentar.
Los escolares siguen siendo inducidos por maestros totalmente ideologizados que repiten miles de veces que el capitalismo brutal lo contamina todo y debe ser extirpado del país. Los cincuentones que todavía creen en la patria socialista toman aliento. Su ideología no es como la rabia que mató al perro.
Los únicos con objetivos claros en Perú son la izquierda oenegera, la radical y la corrupta. Vladimir Cerrón, ex gobernador de Junín, ahora candidato presidencial, quiere hacer de Huancayo una Habana y del Perú una Cuba. Lo dice claramente y sin titubeos. Otros “compañeros y compañeras”, con facha de asistentes pulcros al catecismo dominical, quieren lo mismo. La llamada derecha nacional no sabe lo que quiere. En la mañana declarando todo lo contrario a lo que dirán por la tarde, planeando un país de suizos, ignorando a una población estancada en el siglo XVIII.
No bastan millones de fideicomisos ni buenas relaciones comunitarias sustentadas en cortes de cabello, pintado de fachadas y dientes bien curados. La mala fama de la minería ha calado desde Cerro de Pasco Corp. y Centromin, minería estatal que contaminó, abusó de sus trabajadores y les dio coca para adormecerlos. Todo eso penetró en la mentalidad de la serranía, en sus anhelos y visión. Súmele a periodistas y opinólogos “asombrados” con las modificaciones que se hacen a los Estudios de Impacto Ambiental-EIA, como que si éstos no pudieran ser mejorados para mayores beneficios.
Las Bambas no puede ir por la represión violenta del Estado contra campesinos. Como en tiempos del terrorismo, ellos mismos deben de poner el pecho para defender su futuro. ¿Cómo hacerlo? ¡Calando en sus mentes!
Por: Manuel Gago
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