Martín Taype
Perú entre los países más corruptos
Según el Ranking Global de Competitividad 2019

Actualmente los inversionistas, tanto locales como extranjeros, no se limitan a las oportunidades de negocio que se le presentan en una economía con fundamentos macroeconómicos estables. Para sus decisiones empresariales ellos también toman en cuenta otros factores, como la estabilidad jurídica de un país, los conflictos sociales, la corrupción, la inseguridad ciudadana, entre otros. La corrupción es uno de los grandes lastres que impiden que una sociedad prospere y se desarrolle, y es deber del Estado combatirla frontalmente y sancionarla, contando con la participación activa de la prensa y la ciudadanía, denunciando los casos de corrupción a fin de que se aplique la Ley.
Lamentablemente la corrupción ha existido y existe en todos los sectores y niveles de nuestra sociedad, sea en el ámbito privado como en el sector público. Ello afecta la credibilidad de los ciudadanos sobre empresas privadas e instituciones públicas en las que se han detectado casos de corrupción, lo que genera un impacto negativo en la economía de un país. Veamos el caso peruano, para ello tomemos como referencia el Ranking Global de Competitividad 2019, elaborado por el World Economic Forum (WEF) cuyos resultados fueron publicados recientemente por el diario Gestión (11.10.2019).
De acuerdo al citado ranking, el Perú retrocedió cuatro puestos en el pilar de instituciones, pasando de la posición 90 a la 94 de 141 economías evaluadas. Este resultado se explicó, en parte, porque en el indicador de transparencia –que incluye el índice de corrupción– el país se ubicó en el puesto 91; es decir, sufrió un retroceso de 11 puestos respecto al reporte del año pasado. Así, el Perú se colocó entre los 50 países más corruptos, según el ranking del WEF, alcanzando 35 puntos, como Argelia, Armenia, Brasil, Costa de Marfil, Egipto, El Salvador y Zambia.
Cabe indicar que este índice mide las percepciones de corrupción en el sector público. En el reporte, la escala varía de 0 (muy corrupto) a 100 (muy limpio); donde el Perú consiguió dos puntos menos que en el 2018. Además, entre los países de Latinoamérica el Perú se coloca en el puesto siete, junto a Brasil y El Salvador; por debajo de Uruguay, Chile, Costa Rica, Argentina, Panamá y Colombia. Otro punto que se considera dentro del pilar de instituciones es el de pesos y contrapesos, en el que el Perú está en el puesto 64. Uno de los componentes es la independencia judicial, en el que el país está en el puesto 122 (25.5 puntos); es decir, retrocedió siete puestos desde el año pasado (posición 115).
De acuerdo a los resultados de este estudio, podemos observar que la situación del Perú con respecto a la corrupción es muy preocupante. Resulta una tarea impostergable, por el bien de nuestro país, que esta situación se revierta. Para ello todos los implicados en casos de corrupción, tanto en el sector público como en el privado, deben ser objetivamente investigados y sancionados ejemplarmente, de manera implacable y contundente, conforme al marco legal vigente. Solo así la ciudadanía y los inversionistas, tanto locales como extranjeros, podrán recuperar la confianza en el Estado peruano y sus instituciones.
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