Eduardo Zapata

Me gustas cuando callas porque estás como ausente

Sobre el tipo de Estado que queremos los peruanos

Me gustas cuando callas porque estás como ausente
Eduardo Zapata
14 de abril del 2022


Así empieza el hermoso poema 15 de
Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. Y aunque se trate de versos llenos de amor, se trata de un amor que lo envuelve todo. Un amor, entonces, real. Lleno de desesperación y angustia, pero también de alegría y felicidad. Algo desolado, tal vez, por no poderlo alcanzar en su lejanía.

Pero leo también políticamente estos versos a la luz de la realidad del Perú y pienso en soluciones. Y esa lectura –metafóricamente– me lleva a comprender mejor lo que todos esperamos de nuestro Estado: que nos guste cuando se calla, cuando está “como ausente”.

Y es que la mayoría aspira a un Estado pequeño, simple, meritocrático y eficiente. Y esto es independiente de que la gente se autodefina racionalmente como de izquierdas o derechas. Obviamente, claro está, de aquellos que se han quedado mirando el pasado. La mayoría aspira –se deduce de las encuestas– a tener un Estado que esté presente, pero que no interfiera nuestros pasos, que nos deje darlos solos, que no entorpezca sino simplifique. Porque históricamente, por lo pronto, hemos aprendido a caminar sin Estado. Y, lamentablemente, cuando este se ha hecho presente o se pretende hacer presente, lo hace no para asegurar derechos y libertades, sino para aherrojarlas más bien. Esa no es la aspiración de aquella gente que trabaja día a día y mayoritariamente, por hoy, de manera informal. Es claro que tampoco es la aspiración de los formales. 

Claro que queremos un Estado que esté en la capacidad de brindar los servicios de educación, salud, seguridad y conectividad física y virtual. Pero que esté como ausente, que no lo sintamos con sus patrimoniales oropeles. Porque eso no es amor, sino simple externalidad.

En verdad nos hemos hecho y rehecho a pesar del Estado. Salvo en contadísimos momentos de ciertos gobiernos. Por eso sentimos que no lo queremos y sentimos animadversión hacia él. Porque estuvo presente para no dejarnos caminar sin darnos nada a cambio.

Ojalá alcanzásemos la utopía realista del amor cantado por Neruda para poder querer al Estado.

Eduardo Zapata
14 de abril del 2022

NOTICIAS RELACIONADAS >

Prohibido pensar

Columnas

Prohibido pensar

Alfred Korzybski fue gestor y director del prestigioso Instituto de Se...

29 de agosto
Ordo naturalis y ordo artificialis

Columnas

Ordo naturalis y ordo artificialis

A través del largo andar de la humanidad se ha puesto en eviden...

22 de agosto
Los foros y los floros educativos

Columnas

Los foros y los floros educativos

Así como en los noventas la sociedad peruana tuvo el coraje y l...

15 de agosto

COMENTARIOS