Juan Carlos Valdivia
La oposición irresponsable

Cómo cierta “oposición” ha permitido que subsista un poder ilegal en el Estado
El desarrollo del Estado moderno está dirigido a establecer mayores controles sobre el poder. Pasamos de la monarquía a la república para que los ciudadanos que contribuyen con sus impuestos pudieran controlar el presupuesto público que solventan. De ahí nacieron las teorías de la división de poderes y el reemplazo de la voluntad del rey por el respeto a la ley.
Por eso cuando diferentes encuestas, con distintas metodologías, establecen que en el Perú hay una persona que comparte el poder con el Presidente, pero esta persona no está sujeta a ningún control, nos encontramos ante una situación fuera de la Ley.
¿Quién es el responsable de que esto suceda?
En primer lugar se podrá decir que es el Presidente, quien se muestra complacido de que exista una persona –de su entorno familiar- que sea percibido como el más poderoso. No ve un problema constitucional. Al parecer todo lo ve con los ojos del último romántico. Es irresponsable, pero ello se debe a su falta de cultura política y a su carencia de biografía republicana.
Pero lo real es que la principal responsabilidad de que exista un poder sin control está en el Congreso, cuyo primer deber constitucional es ejercer control político sobre el Poder Ejecutivo. Es una muestra más de lo farsante que resulta la posición de algunos que se reclaman “de oposición”.
Al comenzar el inicio del gobierno de Ollanta Humala hubo quienes vieron con ojos positivos la presencia de la señora Heredia. Ponía mesura y sensatez en un gobierno que parecía signado por su relación con el chavismo y el batiburrillo ideológico que el Presidente recibió en su formación hogareña y luego en la escuela militar.
Entonces se consideraba que la señora Heredia era la garantía de que el modelo económico se iba a respetar. Incluso algunos periodistas decían que la señora Heredia era una brisa de frescura en la política peruana, luego de tomarse un té en sus oficinas de Palacio de Gobierno.
Lo cierto es que la señora Heredia constituye hoy por hoy un problema. En una república no puede existir quien detente una cuota de poder sin que este pueda ser materia de algún control por otra instancia del Estado.
También es cierto que la oposición ha permitido que este poder crezca y se consolide, hasta llegar a un momento en el que se percibe que es ella, la señora Heredia, quien toma las principales decisiones en el país.
Cuando la oposición tuvo la oportunidad de poner fin a esta situación – la renuncia del ex premier César Villanueva- un sector de aquella dio marcha atrás argumentando que habían recibido el compromiso que ello no volvería suceder. Pero sucedió. Y sigue sucediendo.
La oposición volvió a tener la oportunidad de evitar que este poder se consolide cuando se eligió la nueva mesa directiva del Congreso y cuando se votó de investidura al nuevo Gabinete presidido por Ana Jara. Ambos movimientos iban a fortalecer al poder de la señora Heredia, pero nuevamente en la oposición hubo quienes prefirieron el agua tibia, la mirada al costado, en lugar de poner las cosas en su lugar, en el lugar que manda la Constitución.
¿Hasta cuándo la oposición aceptará convivir con este poder informal, ilegal?
Por Juan Carlos Valdivia
(15-set-2014)
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