Juan Sheput

Facultades selectivas

Facultades selectivas
Juan Sheput
09 de junio del 2015

A propósito del pedido de facultades legislativas del Ejecutivo al Congreso.

Si bien es cierto que el Congreso está venido a menos, tampoco se le debe zarandear como se viene haciendo. Por un lado se le exige que no fiscalice “para que los casos no se politicen”, pasando por alto que es una institución que no podría existir sin la política. Por otro lado se le plantea que tampoco legisle “para que no entorpezca” con sus debates las decisiones ágiles provenientes, vía facultades, del Poder Ejecutivo. Es decir, ni que fiscalice ni que legisle, es decir que claudique de su mandato constitucional que es, precisamente, fiscalizar y legislar. Al hacer caso de estos petitorios, el Congreso se estaría auto eliminando en la práctica.

La política es interesante e importante porque sabe encontrar matices en donde otros solo ven blanco y negro. No va a haber un golpe de Estado si el Congreso decide negarse a otorgar facultades legislativas y más bien la democracia se fortalecerá si persiste en investigar los casos vinculados al presidente Humala y su entorno más cercano. Más bien, si las cosas se ven color de hormiga para el gobierno, es porque éste ha claudicado de la política. En lugar de convencer, dialogar, buscar consensos, quiere imponer un paquete de medidas económicas y de seguridad que nadie conoce y que, por lo tanto, pueden ser una caja de Pandora que. al abrirse, traiga una serie de efectos peligrosos para el régimen. En el mismo sentido, en lugar de dar una explicación política, como punto de partida, a los destapes sobre las cuentas y tarjetas de crédito de la esposa del presidente, envía a un solícito y agotado abogado que lo único que ha logrado es entrar en contradicciones y convertirse él mismo en factor de cuestionamiento al no decir quién le paga sus honorarios. Cuando un político manda a un abogado para que responda por él, la percepción en la opinión pública es que algo marcha de manera incorrecta. Es lo que ha pasado con los recientes expresidentes. Es lo que vemos con el actual presidente y su esposa.

Es por ello que lo más sensato en la negociación que se viene por la delegación de facultades sería que sean negadas en lo económico. Varios paquetazos inútiles lo justifican. Y en lo referente a la inseguridad sí se podría otorgar facultades, aunque acotadas. La opinión pública y un grupo de alcaldes lo agradecerían.

A diez meses del día de las elecciones es una pena que el gobierno demuestre que no ha aprendido nada y que sigue incurriendo en errores propios de una inmadurez política evidente. Ello debe ser compensado con una actitud seria de la oposición, otorgando facultades de manera selectiva y entendiendo la importancia de su rol fiscalizador.

Por Juan Sheput

09 – Jun – 2015

Juan Sheput
09 de junio del 2015

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