Felipe Tudela
¿Es Afganistán imposible de conquistar?
Es considerado "el cementerio de los imperios"

En el 2001 los EE.UU. invadieron Afganistán. Veinte años después se han retirado y los talibanes parecen ser más fuertes que nunca, con el control de aproximadamente del 85% del país. En 1979 la Unión Soviética también invadió Afganistán, y después de nueve años tuvieron que retirarse sin éxito. Ambas potencias vieron a los regímenes por los que lucharon tanto por instalar caer rápidamente tras su salida del país. Y antes que ellos, el Imperio Britanico también invadió Afganistán en tres ocasiones distintas, fallando siempre.
¿Cómo es posible que un país pequeño pueda resistir tres invasiones de las potencias militares más fuertes de la historia? Esto se debe principalmente a su geografía y demografía. Su pequeña población está compuesta por 14 diferentes grupos etno-lingüísticos y numerosas tribus, como los Uzbekos, los Tayikos y los Pastunes.
Los Pastunes constituyen casi la mitad de la población afgana, pero dos tercios de todos los Pastunes viven en el vecino Pakistán. La frontera entre Afganistán y Pakistán pasa directamente por la zona tribal pastún y divide a los 60 millones de pastunes en dos.
Esta frontera fue decidida arbitrariamente por el Imperio Británico en 1893 y es extremadamente montañosa y rural, por lo que patrullarla siempre ha sido un gran reto. Esto permite a los insurgentes pastunes de Afganistán escapar fácilmente a través de la frontera hacia las zonas pastunes amigas en Pakistán; reagruparse, reclutar más hombres y regresar a Afganistán para seguir combatiendo. Insurgentes y suministros pueden introducirse fácilmente en Afganistán a través de Pakistán, lo que se ve facilitado por el hecho de que muchos pastunes de Pakistán son simpatizantes de la causa talibana.
Asimismo, Afganistán es un país sin salida al mar, por lo que llevar tropas y suministros requiere la cooperación de al menos uno de los seis países que limitan con él: Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, China y Pakistán. Pero inclusive una vez que se atraviesa uno de estos países, uno se encuentra con el agreste terreno. La cordillera del Hindu Kush cuenta con las montañas más altas y grandes del planeta. El 75% del territorio afgano se considera montañoso, y casi la mitad de su territorio tiene una altitud superior a los 2,000 metros. Estas enormes montañas actúan como muros naturales que mantienen alejados a los invasores.
Debido a las montañas, cada comunidad constituye un pequeño territorio dentro de Afganistán. Cada una de ellas tiene sus propias identidades, creencias, tribus y gobernantes. Asimismo, el gobernante de la capital, Kabul, puede tener nominalmente autoridad de jure sobre todo el reino, pero no autoridad de facto sobre todos los valles, tribus y clanes. Por lo tanto, hay poco sentimiento de nación afgana y el patriotismo afgano nunca ha sido un factor especialmente fuerte.
Por todo ello, el control de cualquier gobierno central siempre ha sido débil e intermitente. Cualquier apariencia de unidad nacional afgana ha sido siempre una consecuencia directa de las fantasías de las potencias extranjeras que invaden e intentan imponer su dominio sobre el conjunto. Como ocurrió con los británicos, los soviéticos y, recientemente, los estadounidenses.
Afganistán es un país fácil de invadir, pero es casi imposible ocuparlo y dominarlo. El paisaje montañoso, rural y vacío, es ideal para que los insurgentes y rebeldes se escondan. Introducir tropas y establecer líneas de suministro a través de las enormes montañas y pasos estrechos es un reto, lo que le facilita a los Talibanes atacar y sabotear a las fuerzas invasoras. No en vano, Afganistán es también llamado “el cementerio de los imperios”.
COMENTARIOS