Martín Taype
Derrumbe de la economía peruana
Se confirman las más pesimistas estimaciones de crecimiento económico

Recientemente el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que la actividad económica registró un crecimiento de 2.09% en octubre. Así se evidenció un inicio débil para el cuarto trimestre del año y aumentaron los riesgos de tener el resultado menos auspicioso para la economía desde el 1% registrado en el 2009. Por su parte el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), resaltó que entre enero y octubre del 2019 el Producto Bruto Interno (PBI) registra un crecimiento de 2.2%, según información publicada en la edición digital del diario El Comercio, el pasado 15 de diciembre.
En base a lo expuesto se vislumbra un derrumbe del crecimiento económico en el Perú, asimismo se confirman las estimaciones de crecimiento económico para el año 2019, que lo ubicaban alrededor del 2.2% con respecto al PBI. Esto no debe variar mucho en el año 2020 debido a que no solo el factor político influenciará negativamente, también son relevantes la percepción de que no se vislumbra una solución a corto plazo de los grandes problemas que afronta el Perú: la inseguridad ciudadana, la corrupción, las trabas burocráticas, entre otros.
Estos problemas se constituyen en los factores internos más limitantes para el crecimiento económico en nuestro país. Además de la influencia del cambiante e incierto contexto económico y geopolítico externo, con la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como las tensiones militares entre Estados Unidos y Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Siria, entre otras potencias militares, que se han agudizado durante el 2019. Todo ello se mantendría e incluso se profundizaría durante el 2020.
Siendo realistas la economía peruana mantuvo durante el llamado boom de los commodities, desde el año 2000 al 2014, un crecimiento económico que le permitió, gracias a su estabilidad macroeconómica, reducir la pobreza a través de un mayor dinamismo de las inversiones públicas y privadas. Estas generaron un efecto multiplicador en la economía, así como también financiaron programas sociales para los sectores más deprimidos.
Pero debo señalar que para consolidar un crecimiento económico sostenido y alcanzar un desarrollo como nación es muy importante alcanzar un nivel de industrialización que nos permita, además de disminuir la dependencia de ciertos productos terminados, incrementar sustancialmente la producción de bienes con valor agregado; Solo así de podrá diversificar nuestra oferta exportable, la cual está basada actualmente en un gran porcentaje en productos primarios tradicionales; fundamentalmente los mineros, cuyos precios sufren los vaivenes de la crisis económica y geopolítica internacional.
Por ello, para que este proceso se lleve a cabo es necesario invertir más en educación. Y dentro de esta brindar mayor énfasis a la ciencia y tecnología, tanto en el sector público como en el privado, lo que nos permitiría formar cuadros técnicos altamente calificados que sean el motor a nivel de recurso humano de un proceso de industrialización. Este proceso debe sostenerse en una política de Estado basada en lo indicado; pero no financiada en base a subsidios, sino en el incremento del presupuesto público en la educación y el estímulo al sector privado, basado en la creación de un marco de estabilidad macroeconómica y jurídica en nuestro país.
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