Mariana de los Ríos

Daredevil: Born Again – la difícil resurrección de “el hombre sin miedo”

Reseña crítica de la primera temporada de la serie de Disney+

Daredevil: Born Again – la difícil resurrección de “el hombre sin miedo”
Mariana de los Ríos
24 de abril del 2025


La llegada de
Daredevil: Born Again a Disney+ prometía el renacimiento de uno de los personajes más queridos del universo Marvel televisivo. Con Charlie Cox retomando el papel de Matt Murdock, y con la expectativa de una continuidad espiritual de la aclamada serie de Netflix (que tuvo tres excelentes temporadas entre 2015 y 2018), era lógico que los fans esperaran un regreso por todo lo alto. Sin embargo, lo que se entregó fue un producto dividido, a medio camino entre el homenaje y la reinvención, y que en gran parte parece no saber qué quiere ser.

La producción arrastró desde el inicio una serie de problemas que condicionaron el resultado. El proyecto fue reformulado a mitad del camino, reemplazando showrunners y alterando el tono general. Esta reestructuración es evidente en la narrativa: toda la temporada se siente como una colisión entre dos visiones incompatibles. El inicio establece un estilo visual distinto, pero prometedor, y el primer episodio en particular parece entender lo que hace especial a Daredevil: una atmósfera densa, acción intensa y una introspección dramática. Pero ese impulso se desvanece rápidamente.

A partir del segundo episodio, la serie entra en un bache tonal. Durante varios capítulos, Matt Murdock se ve envuelto en tramas episódicas de bajo impacto, algunas casi irrelevantes, que poco o nada aportan al desarrollo de su personaje. La sensación es que el protagonista queda atrapado en su propia historia, más espectador que agente activo, mientras interactúa con personajes nuevos que no logran generar interés o vínculo emocional. La ausencia de figuras clave como Foggy Nelson y Karen Page, o incluso el tratamiento superficial de Kingpin y el Punisher, acentúa esta desconexión.

La serie busca equilibrar el tono sombrío de la versión de Netflix con los elementos más ligeros y comerciales del MCU. El resultado es un híbrido desigual. Momentos con guiños cómicos o referencias cruzadas al universo Marvel, como la aparición del padre de Ms. Marvel, no solo se sienten fuera de lugar, sino que restan seriedad al universo narrativo que Daredevil había construido con tanto cuidado en su etapa anterior.

En cuanto al ritmo, la temporada se estanca en su parte media. Ni el guion ni la puesta en escena logran sostener el interés durante esos episodios, en parte porque los conflictos carecen de urgencia o consecuencia. Incluso los momentos que deberían ser impactantes, como ciertas secuencias de acción o enfrentamientos, se ven empañados por una estética plana y una dirección que no consigue involucrar al espectador. Se echa en falta la intensidad física y emocional que definía los combates cuerpo a cuerpo en la versión de Netflix, aquellos planos secuencia que no solo impresionaban por su coreografía, sino por lo que revelaban del personaje.

Eso no quiere decir que todo sea un fracaso. La recta final de la temporada, sobre todo los episodios ocho y nueve, logran encauzar parte del desorden. Con un regreso al conflicto moral interno de Matt, la serie recupera algo de la identidad que parecía haber extraviado. Aquí sí se percibe una intención clara de explorar al personaje, su contradicción como abogado y vigilante, su dolor, su lucha. Las actuaciones, particularmente la de Charlie Cox, siguen siendo un pilar fuerte. Cox entiende al personaje y transmite su complejidad; lLo mismo ocurre con Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk: cada una de sus apariciones impone respeto, aunque el guion no siempre lo acompañe.

Lo que Born Again demuestra es que el potencial está ahí, pero aún no se concreta. La serie quiere rendir homenaje a lo que fue y, al mismo tiempo, abrirse paso en una nueva etapa dentro del universo Marvel. Pero en su afán por hacer ambas cosas, termina sin lograr ninguna por completo. El guion no profundiza como debería, la acción no impacta como podría, y los nuevos personajes no se integran con fluidez. En definitiva, Daredevil: Born Again no es un desastre absoluto; tiene momentos valiosos, y una segunda temporada con una dirección creativa más clara podría capitalizar lo poco que aquí funciona. Por ahora, sin embargo, se queda como una transición torpe entre lo que fue y lo que podría llegar a ser.

Mariana de los Ríos
24 de abril del 2025

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