Martín Taype
Colapso de las expectativas empresariales
La mayor caída desde que se hacen encuestas al respecto

Como es de público conocimiento una de las variables más relevantes para la economía de un país son las expectativas, que tiene un impacto en otros indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros. Si los indicadores mencionados pueden variar en un periodo a raíz de las expectativas, el impacto de estas en la marcha de la economía de un país tomara relevancia y sostenibilidad en el tiempo. Especialmente si esas expectativas se transforman en hechos concretos, como una errática política económica de un Estado, la inestabilidad política, un evento inesperado que afecte la economía o la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos. Para efectos prácticos de lo expuesto veamos las expectativas empresariales en el Perú durante el periodo de enero a abril del año en curso.
Según el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, en abril, las expectativas empresariales sobre la economía a tres y 12 meses se redujeron, y están en los niveles históricamente más bajos desde que se realizan encuestas. “Nosotros hacemos encuestas a 400 empresas todos los meses y nunca habíamos tenido cifras tan negativas con respecto a qué esperan las empresas con respecto a la actividad económica dentro de 3 y 12 meses”, indicó, en una reciente presentación ante la Comisión de Economía, Banca, Finanzas e Inteligencia Financiera del Congreso, publicada en la edición digital del diario El Comercio, el pasado 6 de mayo.
En ese sentido, la entidad monetaria indicó que el nivel de 50 es de confianza neutro. Las expectativas empresariales pasaron de tramo optimista a pesimista, según la información presentada por el Banco Central. Las cifras sugieren un descenso desde los 61.3 puntos en enero a 30.4 en abril, en el tramo a doce meses con respecto a la actividad económica. En tanto, las expectativas en el tramo a tres meses con respecto a la actividad económica se desplomaron desde los 52.9 en enero hasta los 9.1 en abril del año en curso.
Considero que los resultados de la citada encuesta son básicamente influenciados por la pandemia del coronavirus, que viene golpeando sin piedad a nuestra economía. A ello se suma un difícil contexto económico y geopolítico externo, influenciado también por la citada pandemia, lo cual puede influir de manera nefasta en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas y consumidores, tanto locales como extranjeros, durante el presente año 2020.
En tal sentido, es fundamental que se tomen las acciones más adecuadas para atenuar el golpe y mejorar las expectativas empresariales, pero teniendo presente que lo más importante es preservar la salud y vida de los trabajadores. La gestión del Gobierno actual tiene que tomar con firmeza y transparencia las medidas correspondientes para combatir eficiente y eficazmente la propagación de la pandemia que por ahora es nuestro principal problema.
Entre estas medidas se encuentran la adquisición de equipos médicos y la implementación, adecuación y construcción de nueva infraestructura médica hospitalaria. También el reforzamiento del personal médico necesario y la masificación del teletrabajo en las instituciones públicas y privadas para su ejercicio; no solo durante la emergencia sanitaria, sino también después de ella, dado que la vacuna contra la indicada pandemia puede tardar al menos un año en desarrollarse.
No se trata de entrar en el dilema de la economía o la vida, sino de preservar la salud y vida de los trabajadores. No se puede hablar de flexibilizar las medidas para proteger a los trabajadores, sino de cuidarlos al máximo. Ellos son el activo más importante de toda organización, y si se enferman o mueren las instituciones públicas y privadas no podrán funcionar.
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