Eduardo Zapata
2 de octubre: ¿sí a la asamblea constituyente?
En el marco de las elecciones regionales y municipales

La desmasificación de las sociedades, unida al concepto de quiebre de la representación objetivada, ha traído consigo el debilitamiento de las instituciones y voces únicas. Aun cuando se diga ´representar a…´, ello no tendrá correspondencia por la exclusión de voces concebidas como del ayer o de voces permanentemente insurgentes.
Es lo que la investigación científica y el decir y actuar de individuos y colectivos en el mundo nos viene diciendo. Millones dejan de sufragar allí donde el voto no es obligatorio, partidos tradicionales en crisis casi terminal o terminal, alas marcadamente contradictorias en el seno de partidos hasta hace poco con voces unívocas. Allí están los signos. Y también están los signos de quienes deliberadamente –aun cuando muchos se digan democráticos– pretenden silenciar las voces varias. Los totalitarismos clásicos y los neo totalitarismos.
Entre nosotros y aprovechando la necesidad de reformas en el sistema electoral, se dejó pasar una propuesta claramente orientada a la fragmentación de lo poco de institucional que existía para dar pie a voces ´inorgánicas´. Contribuimos así a menoscabar la convocatoria de las voces únicas tradicionales. Y a la par alimentamos, aprovechando la fragmentación, las voces de cacicazgos a todo nivel: regional, provincial, distrital y hasta en el seno de instituciones. Este panorama sígnico –entendido como instrucción social– simultáneamente debilita la auctoritas y dificulta los liderazgos democráticos. En ese orden de cosas se favorecen propuestas neo totalitarias. ¡En nombre de una democracia nueva!
El 2 de octubre de este 2022 el Perú tendrá elecciones para elegir ´autoridades´ regionales, provinciales y distritales. Todo ello ocurrirá en el contexto de lo señalado anteriormente. Elegiremos 25 presidentes regionales, 196 alcaldes provinciales y 1874 alcaldes distritales. Serán electos con mayorías exiguas y por lo tanto, desde el origen, sin la legitimidad popular necesaria. Y ello los convierte en presa fácil para los neo totalitarismos.
Las encuestas de opinión pública dicen que una gran mayoría del país desaprueba la gestión del actual gobernante. Pero la ingenuidad de muchos no parece advertir que las elecciones del 2 de octubre han de constituir –publicitariamente– un referéndum sobre ´la verdad´ de lo dicho por las encuestas. Y es más que fácil intuir un escenario donde la mayoría de estas autoridades electas termine en otro nido de “niños” a través de las recompensas que gustan a esta niñez. Donde las recompensas pueden devenir fácilmente en un acuerdo suscrito por un gran número de presidentes regionales y alcaldes a favor de una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución.
Solo para plantear algunas preguntas: ¿Qué rebote tendría en la prensa y opinión pública internacionales si el señor Urresti sale electo alcalde de Lima y plantea su adhesión a la causa de los niños? ¿Y qué rebote tendría si un gran número de autoridades legal y democráticamente electas también son atraídas por la recompensa y adhieren al mismo pedido?
Las elecciones del 2 de octubre son, desde el punto de vista de la comunicación política, plebiscitarias.
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