El chavismo y Maduro en contra de la humanidad

En contra de las encuestas de boca de urna de cinco encuestadoras internacionales que otorgaban una ventaja de más de 30 puntos porcentuales el candidato de la oposición venezolana, Edmundo González, sobre Nicolás Maduro, el candidato oficialista del chavismo, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela anunció que Maduro había ganado las elecciones con el 51% de los votos sobre el 44% del candidato opositor.

Una verdadera barbarie política e institucional que revela que el chavismo avanza a cerrar cualquier espacio democrático e instaurar un totalitarismo a la usanza soviética, tal como sucede en Cuba y en Nicaragua. Al cierre de esta edición el mundo democrático estaba abismado frente a la conducta del régimen bolivariano en Venezuela y los pronósticos sobre una eventual convulsión social eran reservados.

La historia universal nos enseña que, generalmente, los pueblos no pueden ser detenidos por las dictaduras y los totalitarismos cuando deciden movilizar todas sus energías. Las caídas de los totalitarismos en los países de la ex Unión Soviética son ejemplos paradigmáticos de estas afirmaciones. Sin embargo, el control del Estado, de las fuerzas armadas y las de seguridad por las dictaduras, tal como sucede en Venezuela, concede a las autocracias un enorme margen de maniobra.

En Venezuela la dictadura puede permanecer, pero la movilización del pueblo venezolano, el avance de la organización de la oposición, de una u otra manera, nos permite señalar que la dictadura venezolana no tendrá vida larga. En el corto plazo, la continuidad de la dictadura venezolana permite prever una nueva ola migratoria de millones de venezolanos que escenifican la peor tragedia humanitaria de América Latina.

En este trágico contexto, los pronunciamientos de Argentina, Chile, Perú Uruguay, Panamá y Costa Rica, condenando el fraude electoral y exigiendo el respeto a los resultados electorales de la mayoría de los venezolanos, contrastan con la parálisis de la Organización de Estados Americanos y las tibiezas de la Unión Europea. Posteriormente el régimen de Nicolás Maduro anunció que suspendía sus relaciones con todos esos países, que retiraría a todo su personal diplomático de ellos y exigía que esos países hagan lo mismo con sus diplomáticos en Venezuela. 

(Al cierre de esta edición se conoció que la OEA había convocado a una reunión extraordinaria para abordar el proceso electoral en Venezuela. Ojalá se produzcan las condenas y los emplazamientos necesarios para hacer respetar el voto popular de los venezolanos).

En una entrevista en este portal, el periodista y escritor boliviano Juan Claudio Lechín ha sostenido que la posición del régimen chavista es una conducta que va en contra de toda la humanidad. No se equivoca. El totalitarismo venezolano ha cuestionado todos los estándares mundiales de convivencia democrática y reproduce todos los vicios, abusos y crímenes de los totalitarismos bolchevique y nazi del siglo pasado.

En algún momento la comunidad democrática mundial deberá entender que no se puede tolerar un régimen que niega todos los valores occidentales y democráticos en una región que pretende llamarse democrática. De allí que el fraude chavista haya recibido el respaldo de Rusia, China, Irán y todos los gobiernos que no se organizan en democracia.