Uno de los mayores triunfos de la sociedad peruana es el haber...
Días atrás, un medio de comunicación publicó una noticia verdaderamente alarmante. Según este medio, un informe del Ministerio de Salud, emitido a fines de octubre de este año, !advierte que un estimado de 10.16 millones de habitantes a nivel nacional, que equivale al 31% de la población, está expuesto a metales pesados y otras sustancias tóxicas. Así como lo lee, estimado lector. Según este medio usted podría estar expuesto a una contaminación de metales pesados. Pero aquí le explicamos al detalle.
De alguna manera es probable que millones de peruanos estén expuestos a la contaminación de metales pesados, por la sencilla razón de que el Perú tiene una geografía y geología altamente mineralizada. El sur andino concentra altos niveles de cadmio, zinc, cobre y otros minerales. En las denominadas provincias altas de Cusco, Arequipa o Moquegua, existen pruebas certificadas y científicas de fenómenos naturales recurrentes, los llamados “lahares”, que no son sino zonas volcánicas que contaminan el flujo de las aguas luego de las lluvias. Por ejemplo, es lo que sucede en Espinar, Cusco.
No obstante, este tipo de versiones buscan soslayar este fenómeno natural y, por el contrario, pretenden responsabilizar exclusivamente a la minería moderna. En este portal nos sujetamos siempre a las pruebas. De allí que tratemos de revisar el mencionado informe del Minsa; sin embargo no hemos podido obtenerlo. Lo que sí hemos revisado al detalle es un informe de Essalud, en el que se revela que en el Perú hay 6,503 casos de intoxicación por metales pesados, y que la mayor parte se concentra en la región de Pasco (3,576 casos), en tanto que Cusco tiene 10 casos. Es evidente que la contaminación en Pasco se debe, entre otras razones, al incumplimiento de los estándares ambientales de la refinería en La Oroya, que el Estado ha dejado al libre albedrío por muchos años.
El bloque antiminero, adscrito ahora a una denominada Plataforma Nacional de Afectados y Afectadas por Metales Tóxicos, pretende hacernos creer con sus cifras que la contaminación e intoxicación de metales pesados solo es por culpa de la minería. De allí su ensañamiento contra las empresas mineras modernas y formales; como en el caso de Espinar o Chumbivilcas, donde atacan día y noche a las operaciones mineras de Hudbay y Antapaccay. Incluso el ex ministro de Salud, Víctor Zamora, se reunió con esta Plataforma y “resaltó la importancia del reclamo de la participación social de las y los afectados (por metales tóxicos) para discutir la agenda de este colectivo”.
En aquel momento nos preguntamos cómo es que el ex ministro de Salud pudo “resaltar” la importancia del “reclamo” de este colectivo, cuando tuvo a su alcance todas las investigaciones científicas sobre el papel de la minería moderna y la alta concentración natural de metales que existe en los ríos y quebradas de altura. La única explicación, ayer como ahora, es que la ideología es más fuerte que la realidad, la ideología importa más que el aumento de la pobreza y la desnutrición.
Es momento de desvelar todos los cuentos de los antimineros. No debemos permanecer indiferentes ante las narrativas y leyendas que pretenden liquidar la minería moderna en el Perú.
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