Uno de los mayores triunfos de la sociedad peruana es el haber...
El boom de la gastronomía nacional avanza a nivel global y es acompañado de las frutas y hortalizas de exportación. Los ahora denominados “superalimentos peruanos” –ricos en vitaminas, minerales y proteínas– conquistan los mercados de los cinco continentes por su sabor y cualidades nutritivas.
Los superalimentos –quinua, arándanos, aguaymanto (capulí), maca, camu camu, kiwuicha, muña, yacón, palta y otras variedades de granos, raíces, hierbas y pescados– son tendencia en los restaurantes más prestigiosos del planeta. Recientemente, Harper’s Bazaar Rusia (publicación internacional de moda, belleza y tendencia) ha destacado “la calidad de los superalimentos peruanos como productos sanos para un estilo de vida activo, moderno y deseado”. Por su parte, la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y Turismo (Promperú) señala que entre enero y octubre 2020 las agroexportaciones con destino Rusia crecieron 64.5% respecto a 2019, siendo el jengibre (kion) y los mangos y las paltas frescas los productos con mayor crecimiento, junto a las mandarinas y las granadas frescas.
Rusia es un mercado de 146 millones de consumidores. Vale señalar que Perú es el principal exportador de mandarinas del continente, siendo Ica el principal productor. Entre enero y julio del presente año las exportaciones totales de mandarinas crecieron 39% respecto al mismo periodo del año pasado. Para orgullo nacional, las mandarinas peruanas son preferidas en Canadá, Reino Unido, China, Estados Unidos y otros países.
No se entiende, entonces, que las corrientes comunistas y colectivistas atacan sin piedad a las exportaciones agrarias. Con la destrucción de la agricultura a gran escala quedarán eliminadas las posibilidades del 80% (de un total de 8,000 empresas) de pequeños y medianos agricultores (asociados y promovidos por la gran exportación) que son parte de la cadena que exporta 600 variedades de frutas y verduras: ají amarillo, limón, kion y otras especies importantes.
El ataque y destrucción de los supuestos “capitalistas desalmados” afectará a los dos millones de pequeños productores del campo que aspiran a ser parte de la cadena exportadora. En 20 años, las inversiones han logrado nuevos destinos para la diversa producción peruana y nuevas metas para los pobladores rurales. Asimismo, serán afectadas las nuevas variedades agrícolas en proceso de desarrollo, y todo lo avanzado respecto a ideas de asociatividad impulsadas por Sierra y Selva Exportadora y Agroideas, dependientes del sector Agrario (Midagri). Los planes de alcanzar nuevos mercados con nuevos productos serán cancelados por las leyes estatistas del Congreso.
De nada servirá la calificación de proveedor confiable, ¡que ha costado veinte años conseguir!, gracias a la derogada Ley de Promoción Agraria y al esfuerzo, ingenio y riesgo de las inversiones grandes y pequeñas en el campo. En el Congreso de hoy prevalecen las leyes estatistas y oportunistas, mientras que se relativizan las actividades de siembra, mantenimiento y cosecha, así como las labores de selección, empaquetamiento, almacenamiento y actividades periféricas de la exportación de productos agrarios. Y también la temporalidad de las labores agrarias, dependientes de los mercados locales e internacionales, oportunidades coyunturales, estaciones, condiciones climatológicas y eventos fuera del control de la humanidad. ¡El regreso a los ochenta cada vez está más cerca!
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