Jorge Varela
La revolución molecular
Cuando el deseo se convierte en poder

Félix Guattari –psicoanalista francés, vinculado a Gilles Deleuze– pensaba que nos encontramos en un período de creación, de proliferación, de revoluciones absolutamente fabulosas desde el punto de vista de la irrupción del pueblo; es lo que denominó “la revolución molecular”. Para él, esta revolución “no es una consigna, un programa… Existe un pueblo múltiple, un pueblo de mutantes, un pueblo de potencialidades que aparece y desaparece, que se encarna en hechos sociales” (“Deseo y Revolución”, entrevista de Paolo Bertetto y Franco Berardi, ‘Bifo’, editada en Milano, Squilibri, 1977).
Naturaleza de la revolución molecular
Guattari –nacido en 1930 y fallecido en 1992– plantea ”una especie de revolución permanente”, una revolución molecular que se articule con todas las otras revoluciones (sociales, ecológicas, económicas) y que sea, en alguna medida, un cuestionamiento, una gestión casi artificial del deseo.
La revolución molecular consiste en decir: nosotros construiremos un modelo de hombre, de mujer, de relaciones de una forma completamente artificial. “Se trata de construir una sociedad en la cual no solo existirán ferrovías, aviones, alimento y un ambiente agradable, sino también de construir una subjetividad, objetos de deseo, objetos sexuales, objetos estéticos…. En el estado de agitación, de revolución molecular… no es posible definir en términos precisos aquello que será un nuevo orden. No se puede tener una idea precisa de cuáles serán las nuevas formas de organización social. Existen muchísimos acontecimientos y elementos nuevos que deberán intervenir, y quien quisiera planificar ‘a priori’ un nuevo orden en el campo económico-social o en el semiótico sólo podría dar indicaciones de tipo dogmático y represivo.
A su juicio:
Una nueva sociedad, se busca, se construye. Un nuevo orden a nivel doméstico, una nueva relación con el cuerpo, una nueva relación con la sensibilidad, con la percepción, con la organización social, un nuevo tipo de producción, una nueva relación con el ambiente, se buscan; una nueva relación con los deseos, se organiza... De esta forma nacerá un nuevo tipo de sociedad, una sociedad profundamente distinta de aquella que hemos vivido hasta ahora.
El deseo como potencia liberadora
Desde su perspectiva:
La revolución molecular va más lejos que la de los ecologistas, en el sentido en que no basta con considerar a la contaminación como el resultado de la sociedad industrial… A nivel del ambiente es preciso ver a nivel subjetivo, es preciso reconocer que la polución existe en el espíritu, que nada se le escurre, que no hay ningún refugio, ni en la meditación trascendental, ni en la cocina macrobiótica. Todos están contaminados, no solo al nivel del propio cuerpo, sino también al nivel de la semiotización.
Entonces “hay otro nivel”, que Guattari define como molecular:
Donde se protagoniza un proceso de deriva, de descomposición de las viejas relaciones: es allí donde se plantea el problema del estatuto de la revolución molecular en relación a aquello que no es molecular… Es decir, se trata de entender cómo se puede hacer para que las luchas moleculares no se limiten únicamente a que doscientas prostitutas protesten en una Iglesia, o a que los homosexuales logren participar de la manifestación del 1 de mayo con su bandera. Todas estas cosas, evidentemente, atestiguan la presencia de mutaciones subjetivas fundamentales.
El lenguaje que asume las mutaciones subjetivas
El lenguaje de la revolución molecular es aquel que asume la mutación de la subjetividad múltiple y colectiva... Lenguaje que nombra y hace visibles las mutaciones subjetivas y políticas que están en el corazón de la mencionada revolución molecular; una transformación que pone en evidencia el anacronismo de las coordenadas democrático-representativa que se organizan en torno a la figura del Estado-Nación... De ahí el desplazamiento de la idea de revolución (macro) política, centrada en la toma del poder estatal, en favor de dinámicas micro que descompongan, molécula a molécula, las viejas estructuras y relaciones de poder, dando lugar a instituciones de nuevo tipo... Hoy ningún grupo humano será dueño de la revolución, de la finalidad de la revolución. Ningún grupo humano es dueño de la evolución de la música o de algún sector de la investigación científica: figurémonos si es posible que un grupo humano sea dueño de la revolución. Los científicos ya lo han entendido (Presentación de Deseo y Revolución, ediciones “Tinta Limón, Argentina).
Otra hipótesis: la superación del modelo leninista
Para Paolo Bertetto, entrevistador de Guattari, “ahora hay otra hipótesis”: las modificaciones en la composición de clase, en la estructura del estado imponen una superación, no solo del modelo leninista de organización revolucionaria sino también del modelo leninista de toma del poder.
En los países capitalistas avanzados ya no se puede concebir la revolución como quiebre insurreccional, como toma del poder… sino que ella es concebida como un proceso al interior del cual hay momentos de ruptura y donde, sobre todo, hay una masificación de las prácticas colectivas de transformación de las relaciones productivas, sociales y personales.
Según Guattari –un intelectual marxista heterodoxo– la cuestión que se plantea es la siguiente:
Cómo concebir un movimiento revolucionario que acentúe el deterioro del estado –deterioro no en sentido marxista y leninista, sino deterioro en sentido capitalista, porque no es el movimiento revolucionario sino el proceso de integración del capitalismo internacional el que ha hecho deteriorar al estado–, logrando imprimir en este deterioro un sentido revolucionario? Se debe ir tanto en la dirección de una revolución molecular, apoyando todas las cuestiones de las autonomías regionales… como en la dirección de un desmantelamiento, de un despojamiento del poder del estado, para moverse hacia las autonomías regionales y la autogestión.
Franco Berardi (Bifo) –otro de sus entrevistadores–, sostiene que es necesario encontrar la táctica del proceso molecular.
El proceso molecular es la perspectiva estratégica… El proceso molecular es el modo estratégico de emergencia del sujeto. Plantea la cuestión de la táctica y plantea la relación con los aparatos institucionales molares (*) sin caer de nuevo en la política, sin reducir el proceso revolucionario y molecular a la hipótesis esquemática del enfrentamiento institucional.
La nueva subjetividad maquínica
Guattari dice que:
Hay una subjetividad que debe aparecer, que no es la subjetividad de la clase obrera o de un grupo sociológico... Es aquella que definiría como una subjetividad maquínica. Es decir, una nueva subjetividad que pertenece a cosas que son órganos, funciones del hombre. Hoy, aquello que trabaja no es un hombre, no es un obrero, no es un artesano sino una función del hombre: es un órgano, es un agenciamiento que se ha producido; se sirve de una parte del hombre como se sirve de una computadora, en el límite el trabajo humano está enganchado a procesos maquínicos integrales. La subjetividad está ligada, no solo a las colectividades humanas, sino también a agenciamientos en los cuales hay funciones, órganos de los hombres, palabras, pero también máquinas, comunicaciones, sistemas económicos... Esta es la verdadera subjetividad. Hoy las decisiones económicas, científicas, de cualquier naturaleza, son tomadas no por hombres, sino por agenciamientos maquínicos en los cuales los hombres son solo un elemento...Esta nueva subjetividad tiende a degenerar o, más exactamente, a debilitar la antigua subjetividad (de la clase obrera), es decir aquella que se esperaba tomase el poder.
Para Guattari “lo que está en cuestión es la muerte de todos los tipos de subjetividad humana, humanista, legalista, incluida la subjetividad obrera”. Considera que:
La lucha de clases se consumirá junto al poder del Estado en la medida en que aparezca un nuevo tipo de subjetividad maquínica. La lucha de clases, las contradicciones de clase, el poder del estado degeneraran y desaparecerán, no a través de la destrucción de una clase por otra, sino por el debilitamiento de una clase mediante la otra, se puede decir por el debilitamiento de los partners… Para terminar con el poder del Estado, con la lucha de clases y con la explotación, es preciso terminar no solo con la burguesía, sino también con la clase obrera; terminar con cierto tipo de subjetividad de oposición que se volvió cada vez más dualista.
En sintonía con su argumentación, Guattari proclama:
Decir que la lucha de clases desaparece y que desaparecen las clases, no es sinónimo de renuncia a la revolución. Al contrario, se afirma que otro tipo de revolución se volvió posible, no por cierto tipo de lucha de clases, sino por la emergencia de una revolución molecular que pone en juego, no sólo las clases sociales y los individuos, sino también una revolución maquínica y una revolución semiótica.
La locura de la experiencia humana
Los individuos, según Guattari,
Estamos llamados a la construcción de un mundo, pero al nivel cósmico, al nivel relacional, al nivel de la producción maquínica en una dimensión ampliada. Estamos tomados en una aventura descabellada de construcción de algo que no existe… Estamos tomados por todas partes en la revolución molecular y también en la revolución maquínica.
En este aspecto, los hombres son los verdaderos creadores:
Esta es nuestra revolución… Ya no queremos soportar más, nuestro deseo ya no quiere soportar un mundo de estupideces que siempre vuelve sobre valores naturales, jerárquicos, a roles, a sistemas sociales, de trabajo, de alienación. Es nuestro deseo el que nos conduce al centro de la revolución. Nuestro deseo: y aquí hablo de locura, no de locura individual, sino de locura colectiva (entrevista citada).
“¡La experiencia humana es una locura inaudita!”, enfatizaba Félix Guattari, afirmación proyectada en el desarrollo de esta idea modeladora que define el proceso de la revolución molecular como una verdadera construcción artificial del deseo. ¡Toda una locura!, esa que también citara el poeta uruguayo Horacio Ferrer: la mágica locura total de revivir (“Balada para un loco”, tango compuesto junto al argentino Astor Piazzolla).
* Lo molar se refiere a la totalidad, pero más allá de la organización molar existen moléculas.
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